¿Os sentís atrapados en esta dimensión? ¿Queréis cambiar de aires? ¿O quizás queréis conquistar una versión de la realidad en la que vuestras capacidades habituales os hacen mucho más inteligentes y poderosos que el resto de sus habitantes? Hoy vamos a poner solución a vuestros problemas de una vez por todas; y solo necesitaréis cosas que podéis encontrar en vuestra casa y algo de dinero.
Lo primero que tenéis que hacer es crear un agujero en el tejido entre dimensiones. Esto es relativamente fácil si creáis una matrioska latrónica. Una matrioska latrónica es un constructo en el cual distintas capas de objetos con alta cantidad de
latrones (la partícula que compone toda la materia interesante y
humunguosa) y objetos con alta cantidad de matrones (la antipartícula de los latrones) se suceden en capas concéntricas.
El fundamento de esta técnica se basa en que todos los latrones de una capa intentarán hacer más humunguosos a los objetos matrónicos de la siguiente, y estos a su vez interaccionarán con los objetos latrónicos de la capa anterior y la siguiente, en un proceso que muchos físicos teóricos han equiparado a "hacer la ola a nivel subatómico".
El resultado es que el nivel de humunguosidad tiende a cero infinito y el espacio colapsa en el punto en el que estaba la matrioska y, si estás lo suficientemente cerca del constructo, serás arrastrado con él al espacio entre dimensiones. Si no estás lo suficientemente cerca, en el mejor de los casos, habrás perdido cinco horas de tu vida; y en el peor, solo se transportarán las partes de tu cuerpo que estén más cerca de la matrioska, así que aseguraos de pegaros a ella.
Confeccionar una matrioska latrónica es relativamente fácil. Simplemente tenéis que buscar los objetos más latrónicos y los más matrónicos de vuestros alrededores. Tratad de que no sean demasiado grandes, se han dado demasiados casos de gente que ha hecho desaparecer ciudades enteras por usar tiburones y dragones de Komodo para las capas latrónicas, y grandes vehículos siendo frenados por el rozamiento para las matrónicas. Muchos estudiosos especulan que así fue como desapareció Atlantis.
Como sugerencia para objetos latrónicos, podéis usar cosas como manzanas, palitos luminosos, navajas suizas, cuerdas y algunos tipos de queso (consultad con vuestro charcutero habitual para más información). Los objetos matrónicos son algo más difíciles de encontrar, pero no deberían ser un problema. Podéis usar óxido, latas abolladas, prendas de ropa rasgadas y descoloridas por el uso o incluso CDs de música que ha sido alterada para hacerla más desagradable, como los discos de los pitufos y Alvin y las ardillas. Para obtener un mayor contraste, podéis usar un
acelerador de latrones, pero realmente no es necesario llegar a esos extremos.
Aseguraos de empezar con una capa latrónica y que todas las capas estén en contacto unas con las otras. El número necesario de capas para desencadenar la reacción es variable y depende de la zona en la que viváis. Para un cálculo aproximado, tomad nota de la cantidad de eventos que han tenido lugar en el último año y a los que os hubiera gustado ir, pero a los que no habéis podido asistir por vivir demasiado lejos o por no haber tenido tiempo; restadle la cantidad de vecinos en vuestra área que hacen cosas que os desagradan, sumadle 3 y multiplicadlo todo por 15. Esa es la cantidad de capas aproximada de capas que debería tener vuestra matrioska.
Esta era la parte más difícil del proceso. Si confeccionáis adecuadamente vuestra matrioska y os aseguráis de estar dentro de su radio de acción cuando colapse la realidad, os veréis arrastrados al espacio entre dimensiones. A partir de aquí simplemente tenéis que ir a la ventanilla de recepción y encargar un billete para la dimensión a la que queréis ir. Los trenes transdimensionales suelen pasar cada 20 minutos, salvo los sábados y los domingos, que pasan cada 30 minutos. Hay algún que otro robo, pero los habitantes de esta dimensión tienen fama de ser extremadamente agresivos, así que probablemente no tengáis ningún problema.
Las opciones son bastante amplias. Podéis ir a
la Thierra, al
Infierno, al
universo cinemático de Marvel, al
imouto cinematic universe, al
mundo digital e incluso a la dimensión a la que van a parar las cosas cuando se te caen detrás del sofá (a no ser, claro, que tengáis una plaga de
urracas invisibles). Es posible ir al mundo de Dragon Ball, pero es muy caro desde que lo hicieron un multiverso. Las líneas hacia el País de la Imaginación y el Mágico Mundo de Canadá aun están en obras, pero es probable que estén listas en cuestión de meses.
Y eso es todo por hoy. Si veis que no sois capaces de llevar a cabo este proceso y queréis que os devolvamos el dinero que no nos habéis dado, dejadnos vuestro hatemail en
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