¡Saludos, queridos monifáticos! Hoy tenemos para vosotros una guía que es especialmente útil para aquellos que viven en la calle, como la gran mayoría de nuestros amigos y seres queridos.
Cuando eres un vagabundo, es habitual sentirse solo y desamparado, y la mejor solución para esto es capturar a unos cuantos perros callejeros, ponerles ropa de persona y fingir que son tu familia. Además, si te sale bien, tiene el efecto adicional de que serás la envidia de todos los demás vagabundos, lo cual es todo ventajas.
Lo primero y más importante: es muy probable que los perros tengan la rabia (o, en el mejor de los casos, es imposible asegurarse de que no la tienen), así que si no estás vacunado vas a tener que tomar medidas. Lo más cómodo es ir al contenedor de residuos biológicos de un hospital y coger una o dos vacunas del virus de la rabia caducadas. Si no sabes cómo ponerte una vacuna a ti mismo o no eres capaz de pincharte, es que no tienes lo que hay que tener para vivir en la calle.
Una vez los hayas reunido, es probable que te sientas en la tentación de hacer pasar a los perros por tus hijos o algo así. Es decir, la gente ya lo hace sin necesidad de vivir en la calle, a pesar de que sus mascotas no han pasado por sus tractos reproductivos, pero en tu caso, lo mejor es que te hagas una familia entera, ya que será mucho más reconfortante a largo plazo. El pack completo: abuelos, padres, cuñados, hermanos… No obstante, intenta no hacerte una pareja-perro, porque eso ya limita con el bestialismo y puedes acabar metiéndote en líos.
Para que nadie se dé cuenta de que son perros necesitas hacer tres cosas.
1) Ponles mucha ropa encima, de modo que nadie se dé cuenta. En verano, cuando sería sospechoso ver a gente por ahí con gabardina y sombrero, puedes evitar mostrarlos demasiado o simplemente decir que se han ido de vacaciones y tú te has tenido que quedar atrás para atender los contenedores.
2) Entrénalos para que sepan andar de forma natural a dos patas.
3) Enséñalos a no ladrar ni hacer ningún otro ruido y cuentra alguna excusa por la que nunca hablan. Algo como que su religión les impone un estricto voto de silencio suele funcionar.
Por supuesto, es posible que alguien descubra lo que estás haciendo, pero realmente no tienen nada que hacer. Al fin y al cabo, tienes de tu lado a una jauría de perros entrenados, si alguien se da cuenta de que no son personas y crees que se va a ir de la lengua, lo mejor es ordenarle a tus perros que lo ataquen y se lo coman. De hecho esta es la mejor forma de mantener a tus perros sanos y alimentados. Además, estos actos esporádicos de homicidio no harán más que reforzar tu plan: cuando empiecen a desaparecer algunos de tus vagabundos rivales, solo quedarán con vida aquellos que son demasiado tontos para enterarse de lo que está pasando, o los que son demasiado listos y saben que les conviene no decir nada o ellos serán los siguientes.
Win-win.En el extraño e improbable caso de que no seas un vagabundo y estés leyendo esta entrada, raptar perros y disfrazarlos para fingir que son tu familia también puede tener ventajas para ti. Por ejemplo, si vives solo y quieres tener fotos familiares que mostrar a tus compañeros de trabajo, pues puedes pasarte por la perrera de vez en cuando, tomar prestados algunos perros, y hacer una sesión de fotos. En resumen, que es lo mismo pero sin las partes que implican matar gente, que realmente es el alma del plan original, pero tú mismo.
Esperamos que todos estos consejos os ayuden a sentiros mejor en estos tiempos tan duros. No obstante, es probable que la gente a la que ayudaría más esto no sean capaces de leerlo porque es un blog, así que, para compartir la felicidad del día del padre, imprime esta entrada y dásela a tus amigos más tristes y desesperados, que seguro que lo aprecian. ¡Feliz día del padre a todos!
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