Alguien decidirá aderezar estas Dadivanes con enormes árboles de Dadiván animados que generarán regalos como si fueran piñas y los lanzarán por doquier, a veces de forma destructiva. Como domador de fieras metanaturales no oficial, te encargarás de talarlos uno a uno con una de tus herramientas mágicas. Como ese hacha forjada con fuego sólido que te regalaron aquellos enanos. Ah, qué tiempos...
Básicamente te pasarás todo el mes meditando, practicando tus artes ermitañiles y tocando el chelo, así que no te afectará todo el asunto del espíritu dadiveño amplificado por medios artificiales. Eres la viva prueba de que el verdadero regalo es la paz espiritual.
Durante este mes, tu vida se convertirá en una especie de comedia romántica dadiveña en la cual descubrirás a una persona que está loca por ti y te enseñará el verdadero significado de la Dadiván, que es algo como ser amables con la gente, portarse bien para que Papá Gnol no te coma, lavarse los dientes dos veces al día; esas chorradas. Por desgracia la cosa no cuajará al final. Es una pena que en esas películas nunca te enseñen cómo desenvolver una relación romántica después del milagro dadiveño.
Será un mes muy ajetreado tanto para ti como para tu hermano gemelo: con el incremento del espíritu dadiveño, el número de comidas familiares se multiplicará de golpe y, naturalmente, tendréis que ir a todas para no quedar mal. Y oye, que estar en familia está bien, pero acaba cansando.
Sentirás que, de algún modo, has perdido un mes de tu vida (el de tu cumpleaños, para más inri). Pero ya es Dadiván, así que no importa.
En tu incansable quest para recuperar tu maldad, tratarás de usar el clásico truco de "robar la Dadiván", aunque no te queda demasiado claro cómo se supone que funciona eso (seguro que tu yo pre-NR —nueva realidad— sabría qué hacer). Aunque la verdad, no tendrás que pensar mucho, el espíritu dadiveño este año estará tan concentrado que será visible a simple vista (aparecerá como una especie de neblina verde y roja, con lucecitas blancas chiquititas). Tratarás de "robar" toda esa Dadiván metiéndola en una bolsa, pero será imposible, ningún humano puede poseer tanta Dadiván y seguir cuerdo. ¿Cuándo acabará tu maldición? ¿Cuándo podrás ser tú la maldición de los demás?
Como ahora aparentemente hay árboles de Dadiván pariendo regalos por ahí, te asegurarás de agenciarte con uno para tus propios propios propósitos. Por fin, un suministro ilimitado de Skalextrics, lo que siempre has deseado.
Los cambios en la densidad del espíritu dadiveño apenas te afectarán porque tú, al contrario de la mayoría de la gente, conoces el verdadero significado de la Dadiván: hincharse a comida con la familia y discutir sobre política con... la familia política. ¡Feliz Dadiván a todos!
Absorberás el espíritu dadiveño como una esponja absorbe la roña, te entratrá tanto que será completamente patológico. Básicamente, te pasarás todo el mes comprando regalos, cantando villancicos, donando a la caridad y preparando comidas hipercalóricas. Al final, un árbol de Dadiván mutante te lanzará un regalo y te mandará al hospital con un brazo y dos costillas rotas. En realidad es lo mejor para todos, estabas siendo un peligro para ti mismo y los que te rodean.
Incrementarás —un poquito— el espíritu dadiveño para compensar la ausencia de DAdivanes en los años anteriores... La cosa se te irá un poquitín de las manos. Es lo que tiene ser tan poderoso, que uno no controla su fuerza y pasa lo que pasa.
Tratarás de ganar algunos dineros vendiendo regalos de Dadiván al doble de precio, para todos aquellos que se han acordado a última hora de la existencia de la Dadiván. Por desgracia, aparecerán por todos lados árboles de Dadiván mutantes que dispararán regalos por doquier, jodiéndote sumariamente el negocio. Hay que ver, si es que en esta economía no se puede. Primero la inflación y ahora árboles de Dadiván mutantes, será posible...
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