Esta mañana he visto que alguien me había colado una carta bajo la puerta. Me sorprendería si no fuese porque yo mismo lo hice; pero para no dejarme quedar mal a mí mismo fingí la sorpresa de todas formas. Cuando la abrí comprobé que, tal y como recordaba, era una carta de amor. Si es que a veces soy tan considerado que no me lo merezco.
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