Tendrás una emocionante partida de ajedrez en 4D con un dragón que durará todo el mes. Ganarás, pero el dragón no se lo tomará demasiado bien y amenazará con convertir el mundo en un infierno en vida, así que te verás obligado a atraparlo en otra dimensión. El resto del mes te asegurarás de cargar todas tus espadas mágicas y comprobar que los dardos venenosos siguen siendo funcionales.
Empezarás a escribir haikus con motivos otoñales y dedicarás a ello buena parte de tu tiempo. No es porque estés bajo el control de ningún tipo de magias oscuras o efectos dominó; simplemente te apetecerá hacerlo. Aunque quizás tenga algo que ver el ambientador con aroma a THC que te has comprado. Quién sabe.
Llegarán a tu casa las mensualidades de las revistas eróticas a las que estás suscrito tal y como ocurre cada mes. Te pasarás varios días pensando que quizás deberías hacer algo de provecho con tu vida, pero al final acabarás por abandonar ese pensamiento.
Si eres el gemelo malo, no se te ocurrirá ningún plan con el que hacer imposible la vida de tu hermano. Aburrido, acabarás aceptando la invitación de tu hermano a ver con él las competiciones de mediocridad. Pero te asegurarás de no disfrutar en familia. Si eres el hermano bueno, comprarás billetes para las competiciones de mediocridad. Prometen intensas. Lo serán.
Tendrás un cumpleaños con tarta y regalos y cosas.
Organizarás competiciones de mediocridad con la esperanza de conseguir que el mundo sea un lugar un poco más triste y desangelado. Por desgracia, perderás todo recuerdo relativo a estos eventos y, cuando acaben, te darás cuenta de que has dejado ganar a todos los participantes por algún motivo. Lo cual es una pena, tenías ganas de ver cómo iba la prueba de twittear sobre cosas banales.
Invertirás buena parte del tiempo de este mes haciendo preparaciones para la campaña dadiveña, el período del año más malvado de todos. Con suerte, este año no tendrá por qué morir nadie inútilmente.
Tendrás un sueño que te dará una idea revolucionaria: yogures de hierba que puedan consumir por igual las personas y los terneros. Te apresurarás en escribir un correo a una empresa de producción de leche para tratar de vender tu idea, pero no llegarás a recibir respuesta. Seguro que al final la van a usar sin consultártelo, está claro.
Tendrás un catarro normal y corriente (quizás con alguna complicación de más porque careces completamente de defensas), pero luego resultará ser una fiebre hemorrágica rarísima que estará a punto de matarte. Lo de siempre, vamos.
Participarás en un campeonato de mediocridad, y serás capaz de ganarlo a pesar de tu inherente awesombrosidad. De hecho será la prueba definitiva de que el universo se dobla para agradarte porque serás capaz de ganar a pesar de que todos los demás concursantes también han ganado de alguna forma. Aunque así no sienta bien, es casi como un premio de consolación.
Tú y tu clan asaltareis a unos soldados franceses y les robaréis todas las raciones de combate, tal y como solíais hacer en los viejos tiempos. Si eres francés esto será marginalmente más fácil, pero si no lo eres va a pasar de todos modos.
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