3 nov 2016

El apocalipsis del abuelo

«Tú no me escuchas nunca, Juanito, pero todo estaba igual de mal que ahora, todo, antes de que las pelis de Mad Max se hicieran realidad.

En aquellos tiempos tampoco teníamos gobierno: lo que teníamos era que buscarnos la vida en el desierto. Había mucha pobreza. Invertían lo mismo en sanidad y la educación iba igual de mal, pero las campañas electorales eran más baratas: ibas allí, matabas al que ya mandabas y, pum, ya eras alcalde. Eran tiempos más sencillos. Los caballos eran más grandes y los hombres, más fuertes.

Ahora lo tenéis todo muy fácil, ni siquiera sabéis reparar un coche con vuestro pelo y recortes de uñas. Y por eso no apreciáis nada, yo he trabajado muy duro para que esta casa tenga agua sin radiación y nadie me lo agradece. ¡Nadie!

Porque yo he hecho grandes cosas. Yo vi a Humungus, el ayatollah del rock 'n' roll en persona, por lo menos dos veces. Y a pesar de lo que digan, sé que era íntimo amigo del general Mola. Fue en una de esas veces que tuvimos que enfrentarnos a una emboscada y yo salvé la vida fingiendo ser una roca hasta que perdí a todos mis amigos y los enemigos huyeron con nuestro botín. Eso es algo que no os enseñan hoy en día en el colegio: a fingir ser una roca. A saber cómo os van a salvuer vuestros ordenadores móviles cuando llegue el apocalipsis otra vez. Estaríais todo el rato mirándolos y os olvidaríais de cazar lagartos. Tú con la panza que gastas no ibas a aguantar ni cinco minutos antes de que te echara el ojo el caníbal de turno. Si yo te contara... La de veces que ese caníbal he sido yo...

Como ganen más votos esos rojos vamos a estar en las mismas, mira lo que ha hecho el comunismo con Australia, no puedes salir sin que te muerda una araña mortal o una oveja mutante. Por menos que eso te fusilaban en tiempos de Immortan Joe; con arpones cohete. La verdad es que tener a ese hombre gobernando fue una de las mejores cosas del apocalipsis, todos nos llevamos una sorpresa cuando se murió...

No estaría mal que se murieran todas esas plantas asquerosas y tuvierais que comer perro para variar. Uh, eso sí os enseñaría una buena lección, lástima que yo no vaya a vivir ya para verlo...».

«Mamá, el abuelo Ausonio se ha vuelto a quedar colgado».

Si estáis de acuerdo con el sesudo comentario económio y político del abuelo, no dudéis en mandarnos hatemail a nuestra cuenta de correo, G+ o twitter, o, por supuesto a los comentarios de esta misma entrada. ¡No dejen de vigilar los celos!

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