Recientes estudios en canibanomía y antropofageología revelan datos increíbles acerca del efecto psicosomático que ciertas actividades pueden tener en nuestro sabor corporal, incluida la literatura.
Tras catar muestras de participantes que previamente habían leído distintas obras, los investigadores del estudio llegaron a la conclusión de que la lectura de Kafka (y, en concreto, El proceso) hacía que los participantes estuvieran exquisitos.
Pruebas posteriores concluyeron que se debía a que las palabras del escritor austriaco estimulan la producción de vitamina rosa, aumentando nuestro sabor y jugosidad. Todavía no se conocen las causas exactas, pero los investigadores no están por ello menos entusiasmados por el descubrimiento.
La asociación para los derechos de los caníbales gourmets ha iniciado una campaña para difundir al escritor, empezando por realizar lecturas y regalar ejemplares en colegios e insitutos.
Por otra parte, el ayuntamiento de Pork ha empezado a invertir gran cantidad de fondos, tanto económicos como de esclavos, para lograr aislar el componente literario que aumenta el sabor humano, incluido el de su sangre.
Pero por supuesto no faltan detractores, numerosos filólogos han llamado la atención sobre el hecho de que el consumo de carne humana imbuida de historias de indefensión y vacío como la Metamorfosis podrían afectar a largo plazo al consumidor.
Nos mantendremos a la espera de nuevos datos sobre esta polémica. Por ahora, dadnos vuestra opinión en los comentarios o las redes sociales, ¿vale la pena leerse esos ladrillos solo para estar más delicioso? ¡Esperamos vuestro hatemail a nuestras cuentas de correo, G+ o twitter!
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