El ayuntamiento de Villaurticaria ha puesto en práctica una iniciativa propuesta en varias ocasiones por los vecinos del lugar: crear un albergue para personas que hayan participado en concursos televisivos de música.
La gran cantidad de estos concursantes combinada con la baja demanda de vocalistas por parte de la industria discográfica ha obligado a un alto porcentaje de participantes a enfrentarse a condiciones de vida precarias y en buena medida inauditas en otros sectores laborales en este país.
Las autoridades de Villaurticaria, al enfrentarse a este problema, han decidido acogerlos en lugar de que, como en otras poblaciones, vaguen sin rumbo por las calles, intentando cantar para ganarse la vida y dificultando las carreras de músicos incipientes. Es decir, músicos de verdad.
“Es una circunstancia terrible”, declaraba Jacinto Federíquez, alcalde de la población. “No son criminales, son enfermos. Muchos de ellos han estado metidos en esta mierda toda su vida y ya no saben seguir adelante. Los últimos números del Instituto Nacional de Estadística son que hay dos participantes de concursos así por cada ciudadano, y aun así el gobierno sigue permitiendo que se lleven a cabo…”
Muchos de los participantes narran historias terribles, de cómo fueron entrenados por sus padres y otras figuras de autoridad desde muy pequeños para cantar y empezar con solo tres años en concursos subJunior. Pero una vez acaban sus “carreras” y son expulsados de algún concurso, se encuentran sin ningún futuro y con las cuerdas vocales deformadas de modo irreversible.
Sea como sea, algunos locales se han mostrado opuestos a la apertura del albergue. A pocos días de su puesta en marcha, el centro ya ha recibido tres denuncias por ruido. Anselmo Ferdináñez, encargado del local, explica que es inevitable que los ingresados formen sus propios concursos, que todo lo que pueden hacer es tener paciencia y ser comprensivos con su situación. “Es terrible verlos mirar a una pared en blanco mientras dicen números de teléfono sin sentido y piden que por favor les voten”.
Mientras numerosas plataformas se han abierto para pedir a las autoridades nacionales la prohibición de esta clase de concursos, los ocupantes del albergue de Villaurticaria han decidido aprovechar el tiempo libre con el que ahora cuentan para organizarse para pedir a las autoridades que hagan más concursos para acomodar sus necesidades especiales.
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