Un día, al pasar por delante de un puesto de venta ambulante, tus sensores de magia te indicarán que las pegatinas de ese/esa cantante tan famoso/a que están a la venta están malditas. Y bastante malditas, de esas maldiciones que te dan donde más duele. Decidirás comprar tantas como puedas en ese momento y exorcizarlas en tu casa. Resultará ser una mala idea, pues mientras preparas tu traje de los exorcismos, las pegatinas se fusionarán en una especie de monstruo hecho de papel y pegamento. Pelearás un rato con él y al final lo desintegrarás con fuego divino. Volverás a ir a ver al vendedor de las pegatinas para asegurarte de que el incidente no se repite (y arrearle si resulta que las había embrujado él mismo), pero para aquel entonces, el vendedor estará llevando a cabo un negocio completamente distinto. Pensarás que bien está lo que bien acaba y no le darás demasiada importancia.
Empezarás a seguir a una de estas estrellas del pop que tanto están de moda. Comprarás algo de merchandising porque querrás apoyar su recién empezada carrera profesional. O esa será la justificación que darás cuando llenes tu casa de objetos con la cara de tu nuevo artista favorito (no todos ellos oficiales, por supuesto). Un día, sin embargo, notarás un fuerte olor a humedad en tu casa. Mantendrás las ventanas abiertas casi todo el día e intentarás usar ambientadores para bloquearlo, pero nada funcionará. Al poco tiempo, empezarán a aparecer horribles imágenes de caras fantasmagóricas por tus paredes. Será en ese momento cuando decidas que es hora de llamar a un exorcista. Hará un par de pases mágicos, echará algo de lejía consagrada en tu pared y te cobrará bastante, pero el problema se resolverá de algún modo. Hacia finales de mes, sin embargo, acabarás por perder todo tu entusiasmo hacia la estrella del pop con la que te habías obsesionado. Así, de repente. No le darás demasiada importancia.
Comprarás decenas y decenas de cromos de tu idol favorita en un puesto de un mercadillo. En algún momento descubrirás que todas esas pegatinas están malditas, y que de algún modo suelen manifestar su maldición dándole a su dueño donde más duele y volviendo su vida un infierno. Sin embargo, no tu vida no experimentará ninguna clase de cambio. Todo seguirá exactamente como está. Tratarás de razonarlo como que todo el asunto de las maldiciones no es más que una leyenda urbana venida a más, pero en el fondo sabrás que lo que pasa es que tu vida ya es un infierno del que no puedes salir. El miedo existencial se te pasará pronto esta vez.
Si hay algo en lo que coincidís tu hermano y tú es en vuestro gusto por uno de esos cantantes del momento que viene pisando fuerte. En un arrebato, compraréis montones de pegatinas con su cara y las pondréis por toda vuestra casa. Sin embargo, todos y cada uno de los sitios en los que pondréis pegatinas acabará rompiéndose de alguna manera (el tostador dejará de funcionar de repente, los muros empezarán a agrietarse...). El gemelo malo empezará a echarle la culpa al cantante que os gustaba a ambos, que todo tiene que ser una trampa para vender casas o algo así. El gemelo bueno defenderá que un artista tan bueno jamás podría hacer nada malo. La discusión acabará en pelea y estaréis muy a punto de mataros uno al otro, pero al final os daréis cuenta de que no os gustaba tanto ese cantante y dejaréis de hacer el tonto. Arreglar las cosas que se rompieron con todo el asunto de las pegatinas os costará un ojo de la cara, pero ya estáis más que acostumbrados a esa clase de cosas.
Oirás música de una nueva promesa musical. Te gustará.
Se te ocurrirá comprar merchandising de gente famosa, empaquetarlo con mucho ántrax y revenderlo. Empezarás comprando unos cromos que has visto en un mercadillo de un cantante que no conoces. Sin embargo, los cromos resultarán estar malditos, y desde el primer momento en el que empieces a manipularlos hasta que pierdan de repente toda su magia a finales de mes sentirás un fuerte dolor de cabeza cada vez que pienses en algo que te gusta (lo que viene siendo sobre todo planear cosas malignas). Por lo demás, será un mes tranquilo. Desgraciadamente.
Un día te pondrás a quejarte del rápido éxito de una estrella del pop que se ha vuelto famosa en tus círculos sociales. Por algún motivo, tus quejas acabarán resultando en una maldición hacia ese artista. Una maldición que se verá transferida a una serie de cromos ilegales pobremente editados y vendidos en un puesto ambulante de forma ilegal. Por supuesto, esto no lo sabrás hasta que salga en las noticias y empieces a atar cabos. No le darás demasiada importancia en cualquier caso. Que se joda el artista y todo el mundo que lo sigue. Si no tienen buen gusto no pueden merecerse nada bueno.
Oirás hablar de esas pegatinas de la nueva estrella pop de moda que están malditas y causan tantos estragos, pero realmente no te afectará mucho. A ti no te van esas cosas, tú eres más de música folk. Tendrás un mes bastante tranquilo en cualquier caso.
Uno de tus amigos te regalará un cromo de tu cantante favorito para que lo uses como talismán para defenderte de todas las enfermedades. De algún modo, funcionará a la perfección, no contraerás ninguna clase de enfermedad a lo largo del mes. Sin embargo, empezarás a tener muy mala suerte y a sufrir accidentes impensables. Al final tendrás que ingresar en el hospital tras romper casi todos tus huesos tratando de salir de la bañera. En algún momento, el cromo perderá su poder como talismán y también dejarás de tener accidentes absurdos. Si al final es que más vale malo conocido que bueno por conocer.
Descubrirás el incidente de los cromos malditos de estrellas del pop y simplemente lo resolverás de la forma más lógica: tú y la cábala secreta de gente de tu signo a la que perteneces moveréis todos los hilos necesarios para que todos los artistas que salían en las pegatinas dejen de ser populares y en su lugar se hagan famosos otros músicos con un estilo similar. Se dejarán de vender pegatinas embrujadas y las pegatinas que no hubieran sido apropiadamente exorcizadas para ese entonces, dejarán de estar embrujadas espontáneamente. ¡Es la magia de las sociedades secretas!
Considerando el lío en el que te metiste el mes pasado, decidirás llevar a cabo una estrategia comercial mucho más simple: imprimirás y venderás pegatinas de la estrella pop de moda. De esas que ponen los adolescentes en sus carpetas. O en lo que sea, realmente no conoces lo suficiente a tu público objetivo. De hecho descubrirás que no lo conoces en absoluto, porque acudirán a tu puesto gentes de todas las clases y edades. Sin embargo, por algún motivo, empezarán a circular rumores absurdos sobre que las pegatinas están embrujadas. Pensarás que es una tontería, puesto que esta vez no las has embrujado tú mismo, y sabes más que nadie que las cosas no se embrujan solas. Decidirás, en cualquier caso, vender tus servicios como exorcista porque por qué no vas a sacar partido de eso. Harás uso de las técnicas de exorcismo básicas de tu clan a todos los que te lo pidan y... a partir de ese momento nadie se quejará. Lo que tienen los placebos. Hacia finales de mes volverás a tus actividades comerciales habituales. Te preguntarás por un tiempo que a qué habrá venido todo el asunto de las pegatinas embrujadas, pero como te ha dado algo de de dinero, no le darás demasiadas vueltas.
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