Saludos monifáticos. Dadiván se acaba y este año queremos dedicar el día de epifanía a hablaros de una organización criminal extremadamente peligrosa que mencionamos a menudo en estas fechas: los reyes vagos.
Al contrario que su contraparte en nuestra dimensión, los Reyes Vagos son muy reales… pero aún así están envueltos en leyenda y misticismo. Se dice que en su momento era un culto mistérico de astrónomos que se ponía las trancas de hachís, y que acabaron llegando a Mohpa (una de las regiones administrativas de Himandia, así como uno de los lugares más inaccesibles de la Thierra) por pura casualidad mientras buscaban una forma de llegar a la Lhuna con uno de los primeros rudimentarios modelos de aeronave diseñados en la Thierra.
Los miembros de esta agrupación cuasirreligiosa son numerosos y difíciles de contar dada su naturaleza clandestina: algunos aseguran que son solo tres, mientras que otros llegan a veinticuatro, si bien puede que se deba a la dificultad para distinguir entre verdaderos reyes (miembros numerarios de la organización) y sus pajes (ayudantes/secuaces). No pocos entendidos en el tema afirman que son los propios reyes los que difunden información falsa para acrecentar la confusión al respecto de este y otros aspectos de su organización.
Todo lo que se puede decir con seguridad son tres cosas: se dedican principalmente al tráfico de droga, están asentados en Ciudad Falda, en Mohpa y han existido durante milenios.
Aunque se dedican a otros negocios propios de entidades mafiosas como la extorsión, el robo y “ser malos” en general, su actividad por antonomasia es el tráfico de drogas, que transportan por toda Himandia, obteniendo beneficios que llegan al nivel de “lucrativos” si no incluso al de “pingües”. Estas drogas suelen ser sustancias “de entrada” como cannabis, cocaína o drogaína de la blanda, pero a veces tontean con sustancias extrañas o experimentales. Algunos dicen que, para clientes que han sido especialmente buenos (o malos, según a quién se le pregunte), pueden conseguirles encargos especiales.
Otra actividad a la que también dedican muchos de sus recursos es el contrabando de animales. Antes de que el gobierno mohpense permitiese la captura de Mohmonos (animales con habilidades sobrenaturales endémicos de este archipiélago), solían cazar y vender ejemplares de las especies más raras de este taxón. A día de hoy, sin embargo, los mohpenses pueden atrapar legalmente Mohmonos si tienen licencia (que se pueden sacar al cumplir los 16 años), así que los Reyes Vagos se limitan a capturar especímenes raros y vendérselos a coleccionistas ricos. Sin embargo estas actividades son básicamente imposibles fuera de su Mohpa natal (debido al embargo impuesto al transporte de Mohmonos y al aislamiento del archipiélago), así que fuera de estas islas solo trafican con unas tortuguitas pequeñas monísimas que están en grave peligro de extinción.
Sus fechorías son bien conocidas por toda la Thierra (y apreciadas en general por todos los adolescentes que están en su “fase rebelde”) pues, al igual que la yakuza de Jabón y algunas pizzerías malignas, los asociados de los Reyes Vagos tienden a mostrar públicamente su afiliación al grupo, vistiendo gorras con diseños que recuerdan a turbantes, camisetas con dibujos de camellos, y blandiendo cimitarras. Las espadas no son decorativas, y todos los Reyes Vagos y sus pajes están extensamente entrenados en el arte de la esgrima.
Este uniforme y armas han permanecido sin cambiar desde la fundación de la organización, cuyos orígenes se pierden en las brumas del tiempo. Los propios miembros aseguran ser los reyes originales, testigos de las correrías de Papá Noel sandía, y que obtuvieron la inmortalidad de una mezcla de drogas mágicas y un duro entrenamiento mental. No obstante, los expertos aseguran que simplemente van escogiendo haciendo relevos aunque mantengan los mismos nombres y (posiblemente) el mismo número.
Y, por supuesto, su longevidad y actividades les han granjeado numerosos enemigos: la policía de numerosos países, el gobierno de Mohpa, varias organizaciones de Superhéroes, Papá Gnol (con el que combaten frecuentemente) y tú mismo, querido lector, como no les dejes dinero en los zapatos para que ellos se los lleven y te dejen droga a cambio, cosa que esperamos que hayas hecho o es posible que ya estés muerto mientras lees estas líneas.
Si no es el caso, no dudes en mandarnos hatemail a los comentarios de esta entrada o nuestras cuentas de correo y Twitter . Dadiván se acaba, pero Monifate sigue. ¡Nos vemos pronto!
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