Pueblo confunde a chicos larpeando con los cuatro jinetes del apocalipsis

Los vecinos de Castroporco del Umbral se llevaron una desagradable sorpresa el pasado domingo cuando confundieron a tres chavales disfrazados para participar en un rol en vivo con los cuatro jinetes legendarios que auguran el fin de los tiempos.

En un albergue del pueblo se estaba celebrando la primera edición de las jornadas roleras Castroporcinas, a la que acudían numerosos participantes disfrazados, como era el caso de los tres chicos que fueron la causa del error. Descontento con la pensión completa que ofrecían las jornadas, descendieron al pueblo a comer.

Por desgracia cruzaron la localidad justo en el mismo momento en que terminaba una misa en la que se había hecho una sobrecogedora lectura del Libro de las Revelaciones de modo que, al ver su extraño atuendo en la calle, los feligreses asumieron que debía tratarse de los mismos jinetes del apocalipsis. Uno de los muchachos incluso llevaba una escoba con una cabeza de caballo pegada que más tarde la rumorología agrandó a la talla de un poderoso corcel.

Por supuesto la primera reacción de los pueblerinos fue dispersarse aterrados, pero los chicos no le dieron mayor importancia y continuaron en pos del almuerzo, que encontraron en la forma de unas pizzas congeladas en el bar local.

Por desgracia, mientras esperaban el postre, se percataron de que al establecimiento se aproximaba una turba tumultuosa de vecinos reunidos por los exagerados rumores de su presencia, que se habían dispuesto a expulsarlos "de vuelta al Infierno" para retrasar el fin del mundo. Los muchachos al principio pensaron que se trataba de parte del evento, pero vieron que no era el caso cuando el dueño del bar trató en vano de impedir que entraran en su local con esas intenciones.

Los roleros salieron huyendo del local por la terraza y la turba los persiguió, deteniéndose solo cuando uno de ellos perdió pie y se tropezó. Lo rodearon y lo golpearon con saña suficiente para destrozar su disfraz, de modo que se detuvieron al comprobar que en realidad era un ser humano y se disculparon por lo ocurrido. Otro de los chavales volvió a ayudar a su compañero, mientras que el tercero corrió tanto que su paradero aún se desconoce.

La organización de las jornadas ha declarado que este incidente podría ser una fuente de publicidad excelente y es bastante probable que la siguiente edición gire a su alrededor.