El choronavirus no ha cambiado demasiado las cosas para ti. Bueno, quizás un poco. Antes de la pandemia, normalmente resolvías anomalías metanaturales de andar por casa; pero durante la pandemia, las cosas han estado bastante calmadas en ese frente. Un vampiro no va a ponerse a manipular mentalmente a un pequeño pueblo de campesinos cuando no es capaz de coger el transporte público para irse a los puntos más recónditos de la Sierra de Albarracín; así que básicamente te has dedicado a enfrentarte a amenazas cósmicas y criaturas de dimensiones alternativas. Esta semana has exiliado a un rey goblin de unas alcantarillas y te ha dado muchísima nostalgia. Quizás es finalmente el momento de abrazar esta nueva realidad.
La vida durante la pandemia te ha dado una mayor comprensión sobre el universo y tu lugar en él; te has vuelto una especie de ermitaño del mundo moderno, y cualquiera que te vea puede ver a simple vista la ridícula cantidad de poder místico y MÀHJIAs secretas que fluyen en ti. No solo eso (que ya no es poco), además te has vuelto un maestro en varias artes, como la música y el arreglo floral. Vamos, que te has ganado el ligero retcon en el nombre de tu signo. Sin embargo, tu aguzado sexto sentido te dice —no, te grita— que en esta nueva realidad todo va a ser más caótico de algún modo. Namu amida butsu y mucha suerte.
El aislamiento y la consiguiente ausencia de motivación para mantenerte lo suficientemente limpio y pulcro para encontrar pareja ha hecho que te descuides; poca o ninguna higiene personal en tu día a día, considerable ganancia de peso, adicción a los juegos de citas; esa clase de cosas. Decidirás usar este mes para preparate para enfrentarte al mundo una vez más. Será básicamente como un montaje de entrenamiento de una película de los ochenta, con su pop-rock, sus escenas cómicas mezcladas con imágenes de ti corriendo escaleras arriba hasta perder el aliento, esa clase de cosas. Sin embargo, al contrario que en uno de esos montajes, esto es el mundo real y no conseguirás hacer demasiado progreso en un solo mes. Ánimo, que lo más complicado es empezar.
Tu hermano gemelo y tú os habéis pasado estos últimos dos años siendo básicamente una personificación de Tom y Jerry, solo chinchándoos uno al otro, nada particularmente letal. Irónicamente, el hecho de que habéis podido pasar los confinamientos el uno con el otro os hace más socialmente adeptos que la mayoría en esta nueva realidad. Quién lo diría.
Ni siquiera te has dado cuenta de que había habido una pandemia. Tu fortaleza mental es paradójicamente envidiable.
Despertarás tras un largo trance. No ser capaz de interaccionar libremente con otros seres humanos de tus alrededores básicamente ha quitado todo el sentido a tu vida. Después de todo, si no puedes chinchar, fastidiar y directamente joder al prójimo, ¿para qué seguir adelante? Durante los últimos dos años básicamente estuviste en un estado catatónico: tu cuerpo estaba ahí, haciendo tus cosas, pero tu consciencia estaba completa y absolutamente muerta. Será un proceso largo y doloroso, pero a finales de mes deberías estar plenamente consciente y listo para cometer fechorías. Al menos en teoría, la práctica no será tan fácil.
De algún retorcido modo, todo este boss rush de crisis a escala mundial te han vuelto más rico y poderoso. Eres básicamente la encarnación de la pandemia; o más bien, del concepto de pandemia de por sí.
Durante el prolongado periodo de aislamiento no has hecho más que entrenar contínuamente con tu ganado; al principio simplemente saliendo a correr con tus vacas, luego haciendo sparring con ellas, y finalmente levantándolas en peso y llevándolas a cuestas durante largas distancias. Básicamente estás preparado para otro apocalipsis u otros dos o tres. Ni siquiera te has dado cuenta de lo cuadrado que estás hasta este mes, que has empezado a volver lentamente a la civilización. Con suerte serás capaz de usar tu nueva superfuerza para el bien en el futuro.
De algún modo, al final has contraído todas y cada una de las variantes del choronavirus. De hecho, algunas variantes solo se han encontrado en ti, y el personal sanitario de tu hospital habitual especula que has sido el paciente cero de alguna otra. Pero todo esto te ha vuelto más fuerte, así que volverás a la civilización con energías renovadas, preparado para comerte el mundo. Por supuesto, esto son solo imaginaciones tuyas y nada habrá cambiado: te pasarás todo el mes en cama entre alergias y catarros.
Te has pasado toda la duración de la pandemia esforzándote en ser más grandioso. No es que haya cambiado nada de ti físicamente, pero ahora tienes como una especie de halo en la cabeza que se ve si achinas los ojos y sale en fotos y vídeos, algunas personas a veces se "olvidan de cómo hablar" en tu presencia, y pensar —y mucho más, hacer— maldades a menos de un kilómetro de ti hace que la gente sienta la necesidad de bañarse en agua muy caliente y frotarse compulsivamente para limpiar su pecado. Seguro que esto no tiene consecuencias en el futuro.
Te sientes como... distinto ahora... Y por algún motivo estás bastante seguro de que no tiene nada que ver con el choronavirus, ni con el aislamiento, ni con nada. Es como... si las cosas fuesen ligeramente distintas ahora, en esta nueva realidad. Una cosa es segura: estás más motivado que nunca a hacerte rico, por cualquier medio posible, lícito o no; particularmente si ese medio da resultados inmediatos, o al menos, a muy corto plazo.
