Su culto se organiza alrededor de establantuarios que cumplen las funciones de lugar de culto, establo de gran cantidad de bovinos y cancha de pelota vaca. En los meses fríos los preside una gran estatua de Muunerva realizada en delicioso chocolate con leche y recubierta de una capa de papel dorado (se conocen casos de infieles que han recibido una coz misteriosa por darle un tiento a este chocolate sagrado). La mayoría de establantuarios están alineados estratégicamente con la constelación de Tauro.
De su culto se encargan sacerdotisas a tiempo parcial que han de ser puras, del signo Res y estar provistas de abundante capacidad mamaria. Con respecto a esto, no debe haber traza de silicona en sus cuerpos, pues a nadie le es dado cambiar lo que Munerva le ha concedido, Muunerva no aprueba los conservantes y colorantes artificiales. Dependiendo del tamaño del estalantuario puede haber una o más que se ocupan de mantenerlo, cuidar al ganado, arbitrar los partidos de pelota vaca y realizar ritos diversos. Vale, sí, no nos engañemos, son mikos.
Normalmente son ceremonias sencillas por un precio módico: bodas, funerales, comuniones, bautizos en leche, purificaciones, exorcizar la intolerancia a la lactosa producida por espíritus malignos, partidos de pelota vaca... Aunque estos últimos no se celebren en un establantuario la federación internacional exige que la cancha sea bendecida por una sacerdotisa antes de cada partido esparciendo heces de la vaca elegida de ese mes por las cuatro esquinas.
Aunque este es su culto "oficial" existen congregaciones sectarias algo más discretas cuyas ideas difieren un tanto del dogma oficial de la iglesia de Muunerva. Dicen los rumores que gustan de vestir ropas estrafalarias, beber leche mezclada con psicotrópicos y cometer toda clase de crímenes en honor a la versión más oscura de la diosa vaca.
Sus días santos incluyen la semana internacional de la lactancia materna (del 1 al 7 de agosto) y el día internacional de la vaca, así como los días del mes en los que la luna adopta la forma de una cornamenta, pues esto es el símbolo de Muunerva. Algunos fieles gustan de imitar los cuernos con los dedos como gesto de protección o, en el caso de algunos especialmente adeptos (como ganaderos o queseros), añadirlos a su tocado para gran alborozo de vecinos y cuñados graciosetes.
Muunerva pide poco a los suyos, pero no se anda con rodeos. Sus mandamientos, tal como los transmiten sus sacerdotisas son: no serás un capullo. No matarás animales por diversión. Te lavarás las manos antes de comer. Honrarás los productos lácteos. Apreciarás y respetarás la pelota vaca aunque no te guste. Huelga decir que los veganos no le caen especialmente en gracia por su negativa a consumir leche, irónicamente... Pero aquellos que sigan su camino recibirán grandes ventajas en vida y, una vez en el más allá, podrán pasar la eternidad bajo sus lactíferas ubres. Los que la ofendan, en cambio, serán castigados con una eternidad bajo su cola.
Para alejar esta horrible posibilidad recomendamos, además de echar cuenta a sus mandamientos, recitar esta oración todas las noches:
¿Qué hay?, Muunerva, llena eres de leche, el ordeñador es contigo, bendita tú eres entre todas las vacas, y bendito es el fruto de tu vientre. Santa Muunerva, madre de las vacas, provéenos de chocolate, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amuuén.
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