Escritor de cartas con ántrax
Las cartas con ántrax son una de las mejores formas de acabar con alguien: son limpias, son rápidas y son seguras… a no ser que alguien mire el remite. Sin embargo, no es cuestión de meter ántrax en un sobre vacío, tiene que haber un contenido y no todo el mundo es igualmente capaz de escribir una carta que provoque el efecto emocional deseado a la persona que lo lea en sus últimos segundos de vida. Y aquí es donde entran los escritores de cartas con ántrax.
Los escritores de cartas con ántrax son normalmente personas nacidas en familias mafiosas pero que han desarrollado pasión por la escritura, pues de este modo pueden seguir la profesión de su familia y dar rienda suelta a su imaginación. Otros escritores de cartas con ántrax, sin embargo, son psicópatas que aúnan de una forma creativa su amor por la escritura y su amor por matar gente de formas originales.
Las cartas con ántrax son composiciones cortas, de rara vez más que dos o tres líneas, lo máximo para que el lector las pueda leer sin morirse antes. Por lo general su contenido se centra en relatar el motivo de la carta de forma concisa a la vez que bonita, en muchos casos usando la rima a tal efecto "Un dónut no es importante/un pastel con agujero/si me robas una caja/te mando al vertedero".
Sin embargo, muchas veces (sobre todo si el escritor es un psicópata) el contenido puede ser satírico o completamente absurdo, quizás para facilitar la entrada del ántrax en los pulmones de la víctima (dado que si no solo no sospecha de la cara sino que además se para a pensar qué narices significa es más probable que el ántrax pueda entrar adecuadamente y hacer efecto) o quizás para hacer alguna clase de chiste macabro sin gracia para el resto de los mortales.
Lejos de lo que podría parecer, esta profesión no tiene problemas legales. Al contrario, por algún motivo las leyes especifican que si el lector de la carta sabía que esta tenía ántrax no cuenta como homicidio sino como suicidio, independientemente de las intenciones del escritor. A tal efecto ayuda especialmente el hecho de que las cartas sean tan pomposas; el escritor puede alegar que no hay forma humana de no darse cuenta de que la carta tenía ántrax, y normalmente suelen salirse con la suya.
Sin embargo, la profesión sigue teniendo sus problemas, como es normal. El más evidente, que no siempre es posible decir todo lo que hay que decir en poco más que un par de líneas; si el lector te ha robado un coche lleno de oro, ha apuñalado a tu perro, ha entrado sin permiso en tu casa en más de una ocasión y ha publicado en internet varios photoshopeos de tu pene con chistera y bastón, pues obviamente no lo vas a poder escribir en un número de palabras que le permita leerlo antes de morir.
Además, debido a la brevedad de su creación y la precisión con la que ha de hacerse, los escritores de cartas con ántrax suelen tener grandes bloqueos de escritor que a veces terminan desgraciadamente con ellos mismos mandándose una carta con ántrax pobremente redactada. Aún con estas importantes dificultades, parece probable que esta profesión alcance un importante crecimiento en el futuro.
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