22 ene 2016

MO TE: entrevista al lingüísta que llegó a la conclusión de que hablar con una pinza de ropa en la boca es muy jodido

Fuente

El título lo dice todo, aquí tenéis la grabación y la transcripción.



Buenas tardes, hoy tenemos con nosotros a Sirgilo Varrez, doctor en lingüística por la universidad de Matalascañas, que ha venido a hablarnos de sus hallazgos acerca de la capacidad articulatoria humana. Buenos días, señor Varrez.

Por favor, llámame Sirgilio.

Como guste, Sirgilio, es un verdadero placer tenerle aquí hoy en el MO TE.

También lo es para mí, Kha. Estoy encantado de que me hayáis permitido algo de vuestro tiempo en este espacio.

Bien, usted ha publicado muy recientemente algunos papers sobre un tema que ha levantado gran revuelo en la comunidad científica.

Ujum.

En los que usted afirma haber descubierto que hablar con una pinza de ropa en la boca afecta gravemente a la capacidad de articular correctamente.

Así es, en efecto.

¿Podría darnos una breve explicación para los oyentes?

Bien, yo mismo realicé el experimento en mi persona introduciéndome una pinza en la boca.

¿Cómo de grande era la pinza más o menos?

Tamaño estándar, unos cinco centímetros, está todo en las publicaciones.

Ya veo.

En el futuro esperamos poder realizar experimentos con pinzas de distintos tamaños como esas pequeñas que venden para la ropa interior.

Comprendo, seguro que también será muy interesante.

A mí al menos me lo parece, jaja. En cualquier caso, como iba diciendo, se realizaron grabaciones de un sujeto antes y después de introducirse la pinza en la boca y las grabaciones fueron mostradas a otro grupo de participantes.

Ujum.

Los participantes no sabían que la persona grabada en ambas era la misma persona recitando el mismo texto.

Comprendo.

Y los resultados fueron sorprendentes. No solo estaban seguros de que el texto no era el mismo, sino que su consideración sociolingüística del supuesto segundo hablante era mucho menor.

Increíble, posiblemente por considerarlo menos culto por su forma de hablar, ¿no?

Probablemente. Lo que más nos sorprendió es que ni siquiera preguntábamos por eso en el test que les proporcionamos, pero ellos lo escribieron de todas formas.

Un efecto sorprendente.

Ya lo creo. Lo que sí se les preguntaba era, de forma libre, qué creían que le pasaba a esa persona. Muchos señalaron, por supuesto, que tenía distintos tipos de objeto en la boca, algunos de ellos más favorecedores que otros, pero muchos creían que en realidad se trataba de un animal al que habíamos enseñado a rebuznar para que se pareciera lo máximo posible al lenguaje articulado.

¿Y a qué cree que se debe esto, Sirgilio? Es decir, ¿realmente puede un objeto tan pequeño disrumpir la comunicación hablada con tanta eficacia?

Puede, ya lo creo, no deja mover la lengua y se clava cosa mala en el paladar. A veces se me mete un poco para dentro y me da ganas de vomitar. Como podrá imaginar, el impedimento en lo que es la zona bucal es considerable.

Eso es sorprendente. Porque tengo entendido que se han realizado experimentos similares en Japón con pelotas de golf y necesitaban introducir por lo menos tres en la cavidad del sujeto para lograr niveles similares.

Se debe a la forma de la pinza, que además de ser cuadrada y tener esquinas que pinchan, es alargada y se mete más p'adentro. Además de que tiene uno miedo de lamer demasiado la parte de hierro no sea que le dé tétanos.

Fascinante, Sirgilio, solo me queda una pregunta por hacerle.

Adelante.

¿Por qué no se ha sacado la pinza aún de la boca?

No puedo, en mi familia siempre hemos sido de boca pequeña y se me queda atrapada con los dientes.

Sorprendente. Eso ha sido todo por hoy. Muchas gracias, señor Sirgilio. Muchas gracias, queridos oyentes. Volveremos a vernos en la próxima entrega del Mo Te. ¡Hasta pronto!

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