"La piedra Rosetta que se encontró hace ya más de dos siglos probablemente era una versión censurada creada por los griegos para favorecer las relaciones internacionales. La versión que nos hemos encontrado es bastante más... Bastante menos recatada" comentaba Francisco Federíquez, jefe de la expedición.
Según este equipo de investigación y a la luz de esta nueva "Piedra Rosetta", los jeroglíficos eran usados por los egipcios única y exclusivamente para escribir cosas obscenas. "No sé como no lo vimos venir, la verdad. Todos los jeroglíficos de ojos se refieren a la vagina, los de pájaros al pene y los que representan a gente son distintas formas de acto sexual. Hemos logrado descodificar cinco de esas posturas, pero todas las demás son un misterio por ahora" aclaraba Federíquez.
Ante tan impactante hallazgo, la comunidad de egiptólogos parece dividirse en tres facciones bien delimitadas: los que creen que esto es una broma pesada, los que piensan que podría ser verdad porque a los antiguos egipcios les quitas el ojo de encima y te hacen un edificio de 140 metros y los que deciden no pronunciarse porque están hasta arriba de opio y no son capaces de dejar de alucinar con sus gatos a los que han vestido de tiburón y montado en una roomba. El equipo de Federíquez decide no pronunciarse por el momento, al menos hasta que no hayan sido capaces de reconocer todas las formas de acto amatorio descritas en los jeroglíficos.
Por otro lado, al saber que tenía algo de tan dudosa moral en los muros de su casa, Benancio Josefínez y toda su familia se aseguraron de rociar la piedra con agua bendita y rezar un rosario a su alrededor. "El pecao yastá hecho, pero ahora le sabe a uno mal tener este coso tan guarro aquí, ¿sabusté?" afirmaba Benancio.
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