Comprarás una de esas máquinas de predecir el futuro que están tanto de moda, no para saber qué te pasará en el futuro, sino para entrenar tus habilidades a la hora de enfrentarte al destino. Y lo conseguirás, la máquina será completamente incapaz de predecir lo que vas a hacer. Debido a que vas a tener que estar todo el tiempo cambiando de planes, será un mes bastante entretenido.
Verás uno de esos aparatos que predicen el futuro a la venta, pero decidirás no comprarlo porque te parecerá todo una estafa. Te pasarás todo el mes aprendiendo a tocar un chelo que comprarás en un rastrillo. Huele un poco a humedad, pero por algún motivo, no te desagrada del todo.
Comprarás uno de esos cacharros que predice el futuro de forma exageradamente precisa. Lo usarás para ver qué harás en las siguientes horas, y todos los resultados serán formas progresivamente más depravadas de masturbarse. Tirarás la máquina a la basura y llorarás un rato en una esquina. Luego pondrás en práctica todas las ideas que te ha dado el aparato.
Tú y tu hermano os regalaréis mutuamente una de esas nuevas máquinas que están de moda que sirven para predecir el futuro de forma increíblemente precisa. Si eres el gemelo malo, tu idea será aterrorizar a tu hermano mostrándole el horrible futuro que le espera. Si eres el gemelo bueno, solo se te ocurrirá regalar eso porque están de moda. Ambas máquinas predecirán que pasaréis el resto del mes haciendo un maratón de películas, cosa que os parecerá una buena idea, así que la llevaréis a cabo. El gemelo malo estará un poco mosca porque el maratón no encaja muy bien dentro de sus planes, pero no importará, nada puede ser mejor que presenciar el talento de Tommy Wiseau en uno de los clásicos del cine moderno. En algún momento se romperán vuestras máquinas de predecir el futuro. Menuda birria de regalo.
Un día te preguntarás qué tiempo hará el día siguiente. Hará sol.
Comprarás una máquina de predecir el futuro y tratarás de modificarla para que en lugar de decirte lo que va a pasar puedas introducir tú lo que quieres que pase en el futuro, modificando el destino. Una lástima que no sea así como funciona. Perderás el mes entero con la tontería y encima te explotará en la cara. Bueno, podía ser peor.
Tú y tus socios crearéis una máquina capaz de predecir el futuro de forma tan precisa que el usuario puede introducir una fecha y una hora y la máquina le dará datos exactos sobre lo que le pasará en ese preciso momento. La produciréis en masa y la venderéis. Será bastante exitosa, a pesar de que todo el mundo ya podía acceder a formas de predecir el futuro gratuitamente, como leyendo esta misma sección. Sea como sea, en cierto momento empezarán a malfuncionar y explotar. No te importará demasiado, porque para entonces ya les habrás sacado el suficiente partido como para que todo esto te haya resultado rentable.
Verás en una tienda un cacharro que predice el futuro, y decidirás probarlo in situ. El aparato te dirá que dentro de dos horas le arrearás a una de tus vacas. Te reirás a carcajadas ante la predicción del aparato, ya que sabes que es imposible que vayas a hacer tal cosa a una de tus reses. Sin embargo, cuando estés de vuelta en casa, descubrirás un tábano sobre una de tus vacas, al que matarás de un manotazo certero. Inmediatamente, te darás cuenta de que, al hacer eso, has pegado inconscientemente a una de tus reses. Te pasarás el resto del mes rezando a Muunerva, pidiéndole perdón por esta acción.
Verás uno de esos aparatos que predicen el futuro en una tienda, pero pasarás de comprarlo. Estás tan seguro de que vas a coger la enfermedad de moda en el momento menos esperado que no necesitas que nadie te diga lo que va a pasar. En ese momento, finalmente, alcanzarás la iluminación. Y contraerás el cólera.
Descubrirás que las máquinas de predecir el futuro que están tan de moda en realidad no predicen el futuro. De alguna forma, y aparentemente sin que los creadores se percataran, los artilugios en realidad no sirven para nada, son simples trozos de metal poseídos por espíritus malignos capaces de cambiar el destino a su voluntad. Con ayuda de los kamis siderales, conseguirás exorcizar a un buen número de estas máquinas, haciéndolas explotar en el proceso. Tu vida es mucho más dura de lo que los demás creen y te gustaría que alguna vez lo apreciaran.
Comprarás docenas de máquinas de predecir el futuro (para ti, para toda tu familia y varios repuestos) bajo la premisa de que podrás usarlas para predecir el número premiado de la lotería y ganar dinero a montones. Deberías haberte parado un par de minutos a leer las especificaciones del producto, porque en realidad no funciona así en absoluto. Además, para colmo, al final todos esos trastos explotarán un día de repente, así que ni siquiera podrás usarlos para chatarra. Menuda forma de quemar el dinero que ganaste el mes pasado.
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