Matarás pavos zombis. Será básicamente lo que harás durante todo el mes. Usarás armas filosas, armas de fuego, un arenque y muchos explosivos. No dejarás que una aves de corral no muertas le arruinen la Dadiván a nadie.
El día de Nochebuena, al llegar a casa, te llegará un inquietante olor a quemado, acompañado de una sospechosa nube negra. Lo primero que se te pasará por la cabeza es que esas luces de Dadiván baratas que compraste en el mercadillo se han sobrecalentado y han ardido, pero en realidad resultará que has dejado el pavo de Nochebuena en el horno y se ha carbonizado completamente. El pavo y el horno. Las luces de Dadiván arderán un par de días después, cuando hayas empezado a reparar tu casa.
Tus luces de Dadiván explotarán espontáneamente. Esto no sería un problema si no fuese que este año has decidido hacer algo especial, y elaborar adornos dadiveños basados en tu waifu/husbando para colgar en el árbol. Todos ellos se verán reducidos a carbonilla, como tus esperanzas de conocer a tu pareja ideal.
Tú y tu hermano decidiréis tener una tregua dadiveña después de ver un documental de la primera guerra mundial. Por desgracia, otro enemigo más temible aparecerá en vuestra casa. Una legión de pavos zombis. Descabezados. Eviscerados. Sedientos de venganza. Usaréis un sofá como trinchera y os quedaréis muy quietecitos hasta que vengan unos tipos armados hasta los dientes y se deshagan de las criaturas. Después de esto, volveréis a intentar mataros entre vosotros, como de costumbre.
Comerás turrón. Echabas de menos el turrón
Tratarás de llenar un pavo con bacalao para la cena de Nochebuena. Sin pretensiones de ningún tipo, no pretenderás colárselo en la cesta de la compra a unos veganos, no lo lanzarás en el jardín de los vecinos que se acaban de ir de vacaciones y ciertamente no intentarás usarlo como arma biológica. Solo una comida rara para una cena especial. Por desgracia, en mitad del proceso, el pavo volverá a la vida, te vomitará el bacalao en la cara y se irá por la ventana, tratando de volar con sus alas desplumadas.
Como arrepentimiento por todo el mal que has hecho (consciente o inconscientemente), utilizarás tu tecnología mágica para obrar un único milagro de Dadiván. Algo simple pero vistoso, que dé buena prensa. Por desgracia, calibrarás mal tus máquinas y acabarás resucitando los pavos de Nochebuena de varios kilómetros a la redonda. Por su puesto, lo negarás todo ante los medios de comunicación.
Aparecerán unos pavos zombis en tu propiedad mientras disfrutas de una agradable cena de Nochebuena con tus vacas. Por supuesto, no podréis consentir esto. Tus vacas los mantendrán ocupados con artes marciales bovinas mientras tú preparas tu arma secreta: luces de Dadiván defectuosas que arden aleatoriamente. Las conectarás todas a la vez y las dispondrás en la entrada de tu casa, para causar graves daños a los refuerzos que pueda traer el contingente de pavos no-muertos. A pesar de este inconveniente, tendréis una velada agradable.
Harás un detallado plan para no ganar nada de peso durante las dadivanes. Sin embargo, un día, al llegar a casa, verás lo que parece ser un batallón de pavos no-muertos en tu casa. Antes de que puedas siquiera esconderte, estornudarás y, de algún modo, serás capaz de contagiar tu gripe a esas aves no-muertas.
Decidirás tomarte unas vacaciones este mes, el mundo tiene que aprender a no tener que depender siempre de intervención divina. Además, sabes de sobra que el problema de los pavos zombis se solucionará sin mayor impedimento, así que no te preocupará demasiado.
Venderás luces de Dadiván de una calidad espantosa. Las fabricarás tú mismo para asegurarte de que no tienes que pagar a ningún intermediario y que todos los beneficios van para ti. Al principio algunos clientes vendrán quejándose de que las luces que les has vendido han empezado a arder o a explotar espontáneamente, pero serás capaz de convencerlos de que no presenten cargos contra ti leyéndoles el futuro gratuitamente.
Entradas
0 comentos:
Publicar un comentario
Deja un comento, payo.