La pregunta es simple, ¿cómo puede atraer tanto a las mujeres un horror espacial de decenas de metros de altura que además es un señor con hijos?
Probablemente juega un poco que sea un madurito atractivo, al tener millones de años; pero desde luego no son sus modales y savoir faire, es decir, es una aberración que no comprende ni le importa nuestro sistema de valores ni relaciones interpersonales. Su único objetivo es tragarse nuestra alma y convertir nuestra diminuta existencia en una eternidad de dolor. Y dado que se come las almas crudas, asumimos que tampoco sabe cocinar.
En este momento, a cualquiera que esté mínimamente versado en internet se le viene a la cabeza que es muy probable que los tentáculos tengan algo que ver. Pero llegado a este punto, conviene recordar que hablamos de tentáculos de kilómetros de largo, que son más un disuasorio que un incentivo, y, por otra parte, que también hablamos de mujeres en tres dimensiones, no niñas de dibujitos chinos. Por mucho que las queramos como si fueran nuestras esposas.
No, la respuesta es mucho más simple y a la vez más sutil. ¿Alguna vez habéis probado a pronunciar el nombre blasfemo de Cthulhu con vuestras débiles bocas humanas? Probablemente vuestra pronunciación difiere de la de vuestros amigos y todos creéis estar diciéndolo bien, cuando en realidad es imposible. Nuestros aparatos fonadores no están hechos para producir los sonidos necesarios.
Y una de las principales diferencias es que nosotros solo tenemos una lengua, cuando Cthulhu, como él mismo confirma en su call show, tiene nueve.
Cthulhu tiene nueve lenguas.
Eso es lo que hace falta para complacer a una mujer.
Nueve lenguas.
Es la envidia lo que lo obliga a quedarse recluido en R'Lyeh, no que las estrellas no estén alineadas.
Nueve lenguas.
Que pasen un buen día de San Valentín y no dejen de mandarnos hatemail a nuestras cuentas de nuestro correo, Twitter o G+, además de los comentarios de la entrada.
Joder, nueve lenguas.
0 comentos:
Publicar un comentario
Deja un comento, payo.