Toda clase de monstruos, dinosaurios, kaijus y otras aberraciones poblaban la isla de 400 km cuadrados, convirtiéndola en el tercer lugar de la historia con mayor densidad de animales asesinos. Esto no debería ser en absoluto un dato sorprendente para aquel que sepa que Egipto es donde está la acción, siendo tremendamente propenso a toda clase de alucinancia hipermasculina.
Sea como sea, los farones supieron dar buen uso a la isla en el pasado, usándola como fortaleza contra invasiones nubias y alienígenas (que mostraban una gran reticencia a remontar un río poblado por lagartos enormes que devolvían el fuego de láser), así como parte de su sistema penitenciario y de entretenimiento simultáneamente.
Muchos de los presos condenados a muerte, en lugar de ser ejecutados por medios más humanos como la horca o la catapulta, eran lanzados sobre la isla desde el aire para que intentaran escapar de forma desesperada. Aquellos que conseguían llegar a sus costas y cruzar el río a nado haciendo frente a toda clase de monstruosidades eran exonerados y puestos en libertad. Por supuesto esto rara vez ocurría.
Al mismo tiempo, la isla había sido llenada de cámaras y drones de la antigüedad que grababan cada movimiento de los reos y lo retransmitían para diversión de los comunes y los poderosos. Durante los miles de años de historia del Antiguo Egipto el programa fue siempre popular, aunque cambió numerosas veces de cadena y nombre. Algunos de los más conocidos pueden traducirse más o menos como “Idiotas corriendo de monstruos”, “Monstruo justicia diversión” y “La Isla de los Monstruos Especial de Carne”.
Uno de los casos más famosos de personas que lograron sobrevivir a la isla fue Amentofis III, quien ganó gran popularidad tras lograr escapar de la isla y usó las ingentes cantidades de la película al respecto que protagonizó el mismo para financiar un golpe de estado, convertirse en faraón y grabar una trilogía al respecto.
Después de que los faraones abandonaran Egipto (nadie sabe por qué a día de hoy) la isla se convirtió en una reserva natural. No obstante, debido a las fuerzas de la erosión, en 2014 finalmente se completó un istmo natural que la conectó con la orilla del río convirtiéndola en una península. Todos los monstruos murieron al no ser capaces de pelear con animales normales bien adaptados a su medio. Malditos gatos de las arenas...
Hasta siempre, titanes de una era pasada.
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