Dos agentes de policía la acompañaron a su casa para reconocer la situación y encontraron al marido de E. Enríquez sentado en el sofá, pero perfectamente normal. La mujer les aseguraba que era verdad que había sido suplantado, ya que, después de veinticinco años de matrimonio, el señor Compango, receptor de una pensión por minusvalía, ya no hacía nada más que estar sentado en el sofá viendo la tele.
Los agentes en un principio hicieron caso omiso a las peticiones de la señora Enríquez y se dispusieron a irse, aunque entonces, uno de los agentes, alegando una corazonada, pidió permiso a la señora Enríquez para inspeccionar otras partes de la casa para ver si en efecto se podría haber producido una infección por liquidillo verde.
Al inspeccionar la cocina, tras un falso fondo en una alacena, encontraron varios tarros de la sustancia y al volver a examinar al señor Compango, salió a la luz que en efecto tenía liquidillo verde en la comisura de los labios.
Los agentes se dispusieron a proceder a la detención provisional de E. Enríquez cuando esta apareció con una escopeta de caza gritando "si no os lo vais a llevar vosotros os voy a tener que matar a todos".
Por suerte la sospechosa pudo ser reducida por los agentes y ahora mismo se encuentra en las instalaciones policiales. El señor Compango está siendo tratado en un hospital cercano.
0 comentos:
Publicar un comentario
Deja un comento, payo.