Hoy vamos a hablar del tercer caso: nuestros animales de compañía potencialmente infiltrados por parte del Estado para monitorizar nuestras actividades legítimas. Los perros y gatos son fáciles de descartar: los primeros por lo general no muerden la mano que los alimenta y los segundos odian a la autoridad. Eso nos deja con el tercer caso más común: los roedores, traidores por naturaleza, y, sobre todo, los hámsters.
Como decimos, los roedores no solo son traidores, sino que tienen una larga historia como servidores del Estado, ya sea extendiendo la peste negra, sirviéndolo dócilmente como conejos o instaurando regímenes dictatoriales como las capibaras. Es por eso que, si en tu casa hay un hámster, es probablemente la criatura de la que más deberías sospechar.
Para determinar si está del lado del gobierno, lo mejor es observar tres elementos que pueden servirnos de indicador del a traición de tu hámster: su comportamiento, sus posesiones y sus interacciones.
Los comportamientos sospechosos que podemos observar en nuestro hámster son varios, como jugar constantemente para parecer inocente, mirarnos constantemente o, también, estar ocultos grandes cantidades de tiempo, sin duda para llevar a cabo acciones nefarias. Un exceso de sueño también puede ser indicador de que invierte su energía en agotadoras maniobras para socavar tus derechos naturales en favor de la autoridad.
En cuanto a las posesiones sospechosas, lo más recomendable es registrar regularmente su hábitat en intervalos impredecibles para detectar cualquier tipo de contrabando que lo delate como un micrófono, armas o las diminutas arañas que los agentes del gobierno usan para comunicarse entre sí. El mejor momento para hacer esto es cuando hay que cambiarles el heno, ya que esto permitirá registrar a fondo toda la bandeja y no dejar resquicio para que pueda ocultar las herramientas de la represión.
Finalmente, en el caso de las interacciones, deberías sospechar bastante si en tu casa entran agentes del gobierno a hablar con tu hámster. Es posible que sean solo una presencia de la que eres vagamente consciente mientras estás solo en casa, esperando en la habitación de al lado a que dejes solo al hámster para intercambiar información y órdenes. En este caso, sería bastante evidente lo que está ocurriendo.
Si crees que has reunido suficientes pruebas para estar seguro de que tu hámster trabaja para el gobierno, es el momento de quitarlo de enmedio. No obstante, llegados a este punto recomendamos extrema precaución: no será tan fácil como tirarlos por el váter, sino que es bastante probable que tengan a su disposición armas o venenos con los que defenderse de la agresión, o que sean capaces de llamar a refuerzos. Recomendamos el uso del fuego.
Y esto es todo por hoy. Esperamos que os sea útil para manteneros seguros en vuestros hogares. Si os interesan nuestras entradas sobre tareas domésticas, no dudéis en dejarnos hatemail en los comentarios o nuestra cuenta de mail, de Tuiter o nuestro flamante y lustroso servidor de Discord. ¡Hasta la próxima!
0 comentos:
Publicar un comentario
Deja un comento, payo.