Estamos ya en la recta final de la primavera, y como es costumbre en estas fechas, hay una gran discrepancia en qué enfermedad está de moda ahora mismo. ¿Quizás algún catarro primaveral especialmente tardío? ¿Triquinosis por comer pinchos de jamón en terrazas de bares con materia prima de dudosa calidad? ¿La clásica tuberculosis? ¿Alguna rama de la siempre elegante sífilis?
Si habéis tomado 5 décimas de segundo en leer el título ya sabéis cual es la respuesta. Tras siglos en la sombra, la peste negra vuelve a estar de moda. En efecto, ahora contagiarse con las garrapatas de las ratas que se amontonan por todas partes debido a la inmundicia y ser inmensamente contagioso incluso después de morir vuelve a ser guay. ¡Felicidades a todos aquellos que nunca limpian su casa!
Mientras hablamos la enfermedad está arrasando en las mejores pasarelas del tercer mundo y se espera que no tarde mucho en dar el salto hasta nuestras fronteras. Grandes autoridades en el mundo de la moda sanitaria como la OMS ya aseguran que tener horribles bubones negros es totalmente in y por supuesto cool, lo mejor desde el ébola, vaya. Mueretegle, dios de la pestilencia y la enfermedad asegura que cualquier cosa le vale mientras sigamos muriendo para alimentar a sus adoradores dragones de komodo.
Dado el aire vintage que transpira una enfermedad con tanto sabor medieval, se ha vuelto extremadamente popular entre entre los hipsters, que también valoran que se trate de una epidemia 100% ecológica, no como esas nocivas enfermedades de laboratorio, aseguran.
Pero por supuesto a esta nueva moda no le faltan sus detractores que aseguran preferir enfermedades más sencillas y tradicionales como un buen baile de san vito frente a la obligación de tener que seguir las modas contrayendo caprichosas plagas medievales.
A pesar de todo, la peste negra parece querer venir y quedarse por mucho tiempo. Al menos está claro que es un color que viste mucho y combina con todo.
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