11 ene 2019

Cómo enseñar español a tus hortalizas

Nunca te fíes de las berenjenas.
Muchos de vosotros probablemente tenéis pequeños huertos, ya sean en casa o pequeñas parcelas y os encontráis con el grave problema de que os es imposible comunicaros adecuadamente con vuestras hortalizas o conseguir que pasen un examen de B1. Para todos aquellos emprendedores que os habéis propuesto enseñar la lengua de Cervantes a vuestras verduras en lugar de contratar a un profesional, he aquí unos cuantos consejos que os pueden ser útiles.

1. Cuidado con las consonantes

Dada su carencia de órganos vocales, las hortalizas tienen problemas con algunas consonantes como la pe, la jota o el símbolo de sección (§). Recomendamos acostumbrarlas poco a poco a la pronunciación para que no se frustren. Por el contrario, descartaremos el uso de fertilizantes que contengan plutonio: las posibilidades de que las mutaciones causadas incluyan la capacidad de vocalizar no merecen la pena.

2. Enséñales bien los verbos

Las conjugaciones suelen ser uno de los puntos de los vegetales: si no las aprenden desde pimpollos pueden tener problemas dada su complejidad barroca. Para esto, recomendamos recitaciones regulares durante los riegos e irregulares durante el abonado, a fin de que perfecionen la segunda y tercera conjugación. Reservad el verbo "ir" para cuando estén más crecidas o podrían malograrse.

3. Ten mucho cuidado con las berenjenas

Las berenjenas siempre juegan en el equipo contrario: son malas aprendiendo idiomas y pueden distraer a hortalizas circundantes, retrasando también su progreso. Recomendamos plantarlas por separado. Las berenjenas son el enemigo.

4. No les permitas usar el verbo sertar

Como muchos logortelanos habrán notado, las hortalizas (especialmente los tomates) suelen aprender fácilmente la diferencia entre ser y estar, pero, para compensar, suelen inventarse un tercer verbo sertar con un significado intermedio. Es muy importante que les prohíbas usarlo, ya que es incorrecto y, de ser ciertos los rumores de un español secreto usado para invocar dioses oscuros (el antiñol), este podría ser uno de sus verbos malditos.

5. Explícales por qué no hay un género hortaliza

Explícales que el género no se corresponde en la inmensa mayoría de los casos con el sexo biológico, que solo es una categoría lingüística que en el caso de las personas se usa de ese modo y que e sexo hortaliza no existe de todas maneras.

6. Ten en cuenta que no saben hablar ni escribir

Muchos expertos apuntan a que ni siquiera son capaces de pensar. Estas carencias son sin duda un obstáculo para el aprendizaje de lenguas, pero no desfallezcas: el que la sigue, la consigue.

7. Evita el enfoque de traducción

Aunque la traducción es una herramienta útil y una habilidad necesaria, está pasado de moda poner a tus hortalizas simplemente a analizar y traducir frases en español con una gramática y un diccionario al lado. Esfuérzate en exponerlas a español real y trabajar de forma equilibrada las cinco destrezas: leer, escribir, escuchar, hablar y bailar.

8. Sus opiniones no son muy interesantes

A ellas puede encantarles hablar de la lluvia o la calidad del suelo, pero esto no es muy interesante para un humano. ¡A veces ni siquiera tienen opiniones sobre inmigración! Esto en general no es un problema, pero puede serlo si las presentas a un examen de actitud para poder venderlas con un certificado de habilidad lingüística y debnlen escribir una redacción. Recomendamos leerles periódicos frecuentemente en su hortalicés natal para que desarrollen una perspectiva profunda acerca de temas de actualidad.

9. Reconoce que desean la muerte de todo lo que es bueno y puro

Sabes que es verdad. Reconócelo. Acéptalo.

10. Emplea las TIC

Vivimos en el siglo XXI, hay muchos recursos online y digitales que pueden ayudarte tanto en las clases como para que los alumnos trabajen de forma individual. Considera usar FluenU o Duolingo con tus hortalizas: las ganancias serán asombrosas.

Y eso es todo por hoy. Esperamos que os sea útil y que pronto estéis hablando por los codos con vuestras verduras. No es que sepamos nada al respecto, pero si queréis más información sobre el antiñol no dudéis en escribirnos en los comentarios de la entrada o nuestras cuentas de nuestro correo, Twitter y G+ (aunque ya le queda poquito). Pero ssssh, es un secreto.

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