Hoy estrenamos un nuevo cómic en Monifate S.A., protagonizado por el entrañable LSD Joe, dibujado a mano en clase y regurgitado de lo más profundo de la mente de Foleranser, llega "Cosas Que Joden", un cómic que cumple lo que el título promete.
Muy pronto vendrán más entregas, fruto del aburrimiento en clase y de las amenazas del rinotorrinco malvado que vive en mi armario.
EDIT: Cosas que Joden ya tiene página oficial en Facebook y en Tuenti.
Si es que era de cajón, ¿quién no sabía que Josué Yrión, el predicador latinoamericano, es uno de esos tíos que se sacan la chorra para enseñarla en Chatroulette?
Ésta es mi primera incursión en el mundo de los poops, pronto vendrán más y mejores
Hoy estamos de celebración. ¿Que no sabéis a qué nos referimos? ¡No seáis isnorates! Se trata del sexagésimo-tercer aniversario de las nupcias de Isabel II y Philip Mountbatten. Así que, aprovechando nuestra máquina del tiempo genuinamente robada, hemos asistido al encuentro y narramos todo lo que buenamente pudimos ver. Por desgracia, el DeLorean tenía poco plutonio y tuvimos que acabar la visita antes de lo que esperábamos para que no hubiese riesgo de quedarnos en 1947, por lo que sólo hemos podido estar en esa época y lugar desde las 6:00 a.m hasta las 12:00 p.m. En los próximos años volveremos, si podemos. En fin, sin más dilación, damos paso al relato de los hechos desde la prespectiva de los novios en cuestión.
Novia
A la salida del sol, la novia vomitó por quinta vez de la noche, que ya era día. Había estado pensando en su apariencia ante el público, en dónde sería la luna de miel, en el color de las moras silvestres, en el precio de las alcachofas en el ultramarinos...
Finalmente, cedió al pánico y a unas luces de navidad cortesía de algún invitado graciosete y fue presa de un intenso ataque epiléptico. Por suerte, una de sus damas de honor, que iba a su habitación para comprobar que no dormía (y así aprovechar para comentarle sus penas y tendencias paranoides varias), la auxilió... dos horas más tarde.
Entre ella y sus tres compinches consiguieron llevarla a rastras a la abadía, dónde el hecho de esperar a su futuro consorte durante dos horas no parecía mejorar su estado de salud. Al fin, el novio llegó un tanto desgarbado y con chupetones bastante marcados en el cuello.
Al mismo tiempo, un insecto de la familia de los himenópteros se posaba sobre la estrambótica pamela de una invitada cincuentona que había venido a criticar.
Novio
Tras una noche de sicalípticas celebraciones el novio se acostó a la salida del sol. A la mañana siguiente, es decir, esa misma mañana, lo despertaron los amables disparos de trabuco que el señor padre de la novia realizaba contra su ventana.
Tras vestirse de traje apresuradamente y abandonar a sus dos hermosas acompañantes de cama Phillip escapó por la puerta de atrás sin saludar a su suegro, un acto grosero que seguramente salvó su vida.
En su precipitada carrera en pos de la iglesia se encontró con su padrino, borracho como una cuba y otro amigo que insistía en narrarle chistes de novios todo el camino. Éste casi se traga una farola de costado ante la monumental resaca del novio al que importunaba. El tercer amigo del novio no había podido acudir porque decía pertenecer al partido Nazi, una excusa barata.
Finalmente y, tras estrellar misteriosamente un autobús de dos pisos, llegaron a la abadía. Pero Spencer había muerto...
Andoba Peleón:Nacidos durante Monimés (17/5 - 4/6 del calendario gregoriano)
Una vaca te atacará sin previo aviso. Tras una dura batalla que acabará con un montón de chuletas de ternera apiladas, te irás de vacaciones a Rand McNally donde una hamburguesa tratará de comerte. Por suerte, llevarás contigo un spray antiamburguesas.
Vicks-vaporub:Nacidos durante Grunio (5/6 -24/7 del calendario gregoriano)
Ante el penetrante olor corporal de alguno de tus amigos frenillos decidirás comprar algo de colonia a cualquier gitano y dársela disimuladamente para que, si el tipo o la tipa no puede ser más pulcro, al menos oculte sus olores indecibles bajo un fresco olor a Carolina Jerrera Niu Llorc.
Frenillo:Nacidos durante Verano (25/7 -24/9 del calendario gregoriano)
Recibirás por dadiván el clásico lote de colonias variadas. Después de descubrir que su alto contenido en alcohol irrita sobremanera tus genitales dejarás de intentar usarlas como lubricante de manos y los tirarás.
Siamesis:Nacidos durante Algusto (25/9 - 15/10 del calendario gregoriano)
Irás con tu gemelo en una cita con otros siamesis de vuestro interés sexual. Por desgracia, un cubo de ladrillos caerá sobre vosotros chafándoos el bazo y la cita.
Salpicadura:Nacidos durante Relleno (16/10 - 14/11 del calendario gregoriano)
Encontrarás una moneda de dos Chens en tu bolsillo. Luego descubrirás que era tuya.
Cabriconcio:Nacidos durante Dadivan y alrededores (15/11 - 6/1 del calendario gregoriano)
El día de tu cumpleaños un amigo te regalará un libro con tácticas especiales para bromas pesadas. Para su sorpresa, él será el primero en sufrir las consecuencias al sacar una cobra de la caja de cobrar.
Gueto:Nacidos durante Janero (7/1 - 14/1 del calendario gregoriano)
En el cuarto de baño de una gasolinera encontrarás 1200 Oríns en billetes grandes, que usarás posteriormente para comprarte una de las recreativas originales de Pacman.
Res:Nacidos durante Fembierno (15/1 - 13/2 del calendario gregoriano)
Al pasar por una gasolinera, tendrás espontáneamente unas desmesuradas ganas de defecar. Sin que te des cuenta, al bajarte los pantalones, los 1200 oríns que ibas a invertir en un sofá con respaldo caen al suelo y alguien los coge. Un duro golpe a tu columna vertebral.
Tuberculosis:Nacidos durante Fagas (14/2 - 16/3 del calendario gregoriano)
Este mes estarás especiamente bien de salud, lo cual quiere decir que solo toserás un poco, aunque lo suficiente como para atraer, por pena, a alguien que te interesa sexualmente. Tras un par de semanas, descubrirás que estabas incubando hepatitis B y ahora tú y compañero/a la tenéis. Se irá y no la volverás a ver.
Filippiano:Nacidos durante Filippio (17/3 - 23/4 del calendario gregoriano)
Te encontrarás por la calle con algún dios de la mitología nórdica que te dará, por la cara, un arma divina.
Se'gitano:Nacidos durante Payo (24/4 - 16/5 del calendario gregoriano)
Rebuscando entre la basura te tocará el premio gordo: muchos botes de colonia casi nuevos de los que seguro que puedes sacar unas buenas perras. Por fin podrás celebrar con todo el clan un dadiván CCC: Cerveza, Canabis y Camarón.
Pista 2: Steel Bitch fux steel bitches
Despertaron a la mañana siguiente, como es costumbre. Spencer estaba muerto, probablemente ese cuchillo le había atravesado el pecho por causas naturales, pero dado que no se habían llevado sus cosas y el grupo se encontró por ahí tirados varios cartones de vino y abundante calderilla no le dieron mayor importancia y siguieron su camino.
Caminaron un trecho y cogieron un autobús que les llevó por la patilla —tras amenazar amablemente al conductor— hasta una ciudad cercana donde seguramente ya se conocería su fama y era posible que encontraran clientes.
—Perfecto, chicos, a trabajar —les arengó Álex—. Ayer dimos un concierto así que seguramente tendremos legiones de fans en la región ansiosos comprar nuestro disco.
—¡Seh! ¡Croa!
—Y creo que éste es un buen lugar para instalar nuestro comercio.
Se giró y miró al bar cuyo letrero rezaba “El hada naranja”. Tras unos segundos asintió satisfecho.
—Procede, Tomás.
—¡Mpf! —respondió.
Extendió una manta junto a la entrada del local y sobre ella colocó docena y media de cubiertas de cedé que probablemente contenían (no se sorprendan) cedés. La carátula tenía el logo del grupo, el título “Steel Bitch fux steel bitches” y representaba a una robopilingui recibiendo un fax del grupo; la había pintado Pitch con unos lápices de cera que encontró en un cubo de basura y tenía un trabajo de la luz impresionista que mostraba una fuerte influencia de Degas si bien su composición recordara también a Turner.
—Muy bien, ahora decidamos en qué orden nos turnaremos para vigilar… mientras los demás entran al bar. ¿Sugerencias?
—¡Una carrera volando!
—Ni hablar, Genutto.
—¿Por?
—En primer lugar porque eres un tengu y ganarías. Y en segundo porque en realidad no eres un tengu y no puedes volar como todos nosotros.
—¡Puedo! ¡Croa!
—Veámoslo…
—No me apetece ahora.
—Ya, claro… —Álex suspiró—. Sigamos el método de siempre, el que mee más lejos hará el último turno y el perdedor el primero…
Pocos instantes más tarde Pitch se alzaba con la victoria.
—¡Si es una hembra! ¡Croa!
—Pero los tiene bien puestos.
Pitch mordió un pie a Genutto y se precipitó dentro del bar. El pseudotengu y el metrosexual le siguieron mientras Tomás se quedaba sentado en una caja de tomates junto a la manta, silencioso e impasible.
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La gente pasaba y pasaba sin siquiera pararse a mirar al curioso dependiente —y eso que no es cosa de todos los días ver a un enano mexicano semidesnudo con una máscara de lucha libre vendiendo en un top manta— y mucho menos a su mercancía. De haber podido ahondar en la insondable mente de Tomás, ¿qué hubiese hallado el audaz neuronauta? ¿Impaciencia, rabia, indiferencia?
Lo que sí era cierto es que sus capacidades comerciales eran, cuanto menos, limitadas. Su idea de vender consistía, como ya se habrá adivinado, en sentarse en silencio a esperar que los clientes llegasen por ellos solos. A lo mejor la feroz cara que representaba su máscara y la terrible expresión de sus propios ojos, que se hundían como puñales en todo aquel que se acercaba demasiado, no ayudaban demasiado.
Pero aun a pesar de esto un joven caballero logró reunir la presencia de ánimo suficiente como para acercarse al puestecillo.
—¿Cuánto cuestan, sudaca? —le preguntó, aunque no pudiera decirse que con el mayor de los respetos.
Tomás permaneció callado, apretando los dientes y los dedos en un fuerte puño.
—¿Es que acabas de salir de la selva y no hablas mi idioma? —insistió—. ¿Cuánto costar?
Entretanto en el interior del bar y más concretamente en la mesa que ocupaban los restantes miembros de Steel Bitch todo era diversión y juegos.
—Hacía tiempo que Tomás no vigilaba. ¡Croa!
—Sí, no entiendo por qué —rio Álex.
Se llevó su vaso de tang a la boca, pero al dar el primer trago recordó algo que casi le hace atragantarse y le obligó a escupir todo lo que había bebido.
—¡Mierda! —exclamó—. ¡Mierda!
Salieron precipitadamente al exterior justo a tiempo para oír el crack del brazo del joven al partirse bajo la, por otro lado muy profesional, terrible llave de Tomás.
Éste se levantó, le escupió en la boca y mientras entraba al establecimiento les dijo:
—Ya toca cambio.
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Genutto volaba. Sí, volaba libre entre los árboles de un bosquecillo japonés persiguiendo a una chica tengu llamada Aya. Era su prima por parte de padre, pero no importaba. Aunque se hiciera la difícil la acabaría pillando. O eso pensaba hasta darse con una rama en la nuca.
Y despertó y descubrió que la rama era un palo que enarbolaba Álex, amenazante.
—¡Conque durmiendo en el puesto!
—¡Perdón, jefe! ¡Soy un animal nocturno! ¡Croa!
—¡Menos excusas! ¿Qué pasaría si mientras duermes llegasen nuestros fans y no pudieses atenderles?
Bajo la máscara de Genutto se adivinó una mueca de consternación.
—O, peor aún, ¿y si algún desalmado nos robara? ¡Sería la ruina del grupo!
—¡Perdón, jefe! —exclamó Genutto hincándose de rodillas.
—Ahora vigila bien. Yo vuelvo al bar a… tratar asuntos de vital importancia para la banda.
Y dicho esto volvió a la tasca.
Genutto se quedó solo y reflexionó: «el jefe trabaja duro todo el rato por nosotros… ¡Haré lo mismo! ¡Vigilaré tan bien que nadie podrá robarnos!».
Y absorto en estos pensamientos vio pasar por la calle a un hombre. No hizo el menor gesto de mirar hacia Genutto ni su actitud resultaba sospechosa. No obstante el simulacro de tengu se alzó repentinamente y se lanzó contra él gritando:
—¡Malandrín! ¡No podrás robarme los discos!
—¿Disculpe? —se sorprendió el hombre.
Genutto empezó a picotearle con su afilada nariz mientras se cogía la capa en la mano mientras la agitaba como unas alas.
—¡¿Pero qué hace?! ¡Por favor!
Entonces, por el rabillo de la máscara, pudo ver a dos chicas que se acercaban a la manta. Dejando en paz al señor se giró y corrió hacia ellas agitando su capa y soltando terroríficos graznidos hasta ponerlas en fuga.
Pero cuando se disponía a perseguirlas algo volvió a golpearle la nuca y al girarse pudo ver que era de nuevo Álex con su palo y esta vez además acompañado de Pitch.
—¡No ves que así ahuyentas a los clientes, tajada de membrillo! —le gritó Álex, que hoy vestía de colegiala—. ¡Es la primera vez que veo a un cuervo espantando a gente!
—¡Gñi! —corroboró Pitch.
—¡Perdona, jefe! ¡Croacroa!
—Será mejor que aprendas a comportarte con los clientes o…
—¡Lo haré! ¡Lo haré!
—Bien, no me quiero ver obligado a dejar a Pitch como vigilante del vigilante…
—¡Ese animal no tiene nada que hacer aquí!
—Eso espero, me vuelvo al bar.
Se dio la vuelta y se fue. Genutto graznó amenazadoramente a Pitch, pero ésta le mordió en la espinilla, le mostró los dientes y corrió hacia el local.
Genutto volvió a la caja de tomates que hacía las veces de asiento y decidió intentar dar otra cabezada para poder graznar despejado por la noche. Pero cuando ya estaba cogiendo el sueño…
—Disculpe, jovencito.
Abrió un ojo y vio a una criatura calva y arrugada enrollada en un pesado abrigo que se sostenía sobre dos pies y un bastón. Tenía en la mano uno de los cedés y le miraba impaciente.
—¡Otro que viene a robar! —gritó levantándose bruscamente.
—No, no, soy un cliente.
Genutto se relajó repentinamente.
—Oh, perdone, perdone.
—¿Qué vende exactamente, joven?
—Discos. ¡Croa!
—Eso ya lo veo. Me refería a qué contienen los discos.
—¡La música del mejor grupo del mundo! ¡Croa!
—¿Metallica?
—¡Aficionados! ¡Croa!
—¿Black Sabbath?
—¡Patanes!
—¿De qué grupo se trata entonces?
—¡Somos Steel Bitch, abuelo! ¿No ha oído hablar de nosotros?
—Un poco…
El afable ancianito abrió la carátula del disco y ojeó el librito con la letra de las canciones. Casi se le salen los ojos como canicas.
—He de irme, toma, quédate el cambio.
Dejó caer varios billetes sobre la manta, casi el triple del precio. Genutto se arrojó a recogerlos y cuando se giró el ancianito ya había desaparecido en las calles.
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—¡Preciosa! ¡¿Quieres un cedé de Steel Bitch?! ¡Por ser tú te lo dejo barato! —gritó Álex (por enésima vez) desde su puesto de guardia.
—¡Déjame pervertido!
—¿Perdón? —se extrañó Álex mientras la chica aligeraba el paso—. Y yo que creía que empezaba a entender a las mujeres…
Estaba sentado en la ya famosa caja de tomates con las piernas cruzadas para evitar que se le vieran los calzoncillos por la falda plisada de colegiala japonesa.
Otras dos chicas cruzaron la calle con recelo, muy pegadas al otro extremo, como evitando el puesto. Susurraban:
—Mira, ahí es donde se nos echó encima aquel tipo raro…
—Y ahora hay un travesti, qué miedo…
—¡Eh! ¡No soy un travesti!
Las chicas, al sentirse descubiertas, se pegaron a la pared y no se movieron del sobresalto, quedándose con la vista clavada en Álex.
—Lo que pasa es que soy metrosexual.
Habiendo recuperado un poco la presencia de ánimo las muchachas tuvieron la audacia de dar pequeños pasitos para intentar alejarse lo máximo posible de aquel tipo extraño, pero de una forma que no lo alterase.
—¿Vais a alguna parte? ¿Tenéis prisa?
Cesaron la marcha al verse de nuevo descubiertas. Negaron con la cabeza, no querían enfadarle.
—Pues venid aquí a ver nuestro disco —les ofreció afablemente Álex—. Os gustará.
No se movieron.
—¡He dicho que vengáis! —gritó.
Las chicas, aunque reticentes, cruzaron la calle en un santiamén.
—Buenas chicas —las alagó, sonriente.
—No… No nos haga daño.
—¿Cómo podéis pensar eso de mí? —rio Álex—. ¿Queréis un disco?
Las chicas abrieron un poco la boca, pero no les salieron las palabras.
—¡Que si queréis un disco!
Al unísono afirmaron con la cabeza.
—Guay, coged uno.
Una de las chicas, temblorosas, se agachó a coger uno. Mientras lo hacía Álex no pudo evitar clavar la vista en su escote, a la vista por la posición que había adoptado.
Un rubor de vergüenza y rabia cubrió las mejillas de la chica al ser consciente de a dónde se dirigía la mirada del líder del grupo —siempre se dan cuenta— y, entre gritos a los que se unió su compañera, se lanzaron sobre él.
Pocos segundos más tarde estaba tirado en el suelo, con la cara hecha un cristo y uno de los cedés en la boca. Las chicas se alejaban indignadas gritando cosas como “pervertido” o “habrase visto”.
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Era el turno de Pitch. ¿Alguna vez has visto un mapache hembra con un jersey sobre una caja de tomates vigilando un top manta? ¿No? Entonces no sabes lo que es la vida.
El resto del grupo tampoco lo veía, estaba en “El hada naranja” bebiendo tang como posesos.
—¡Pues yo te sigo diciendo que “Subterranean Animism” es mejor que “Shoot the Bullet”! —le gritó Álex a Genutto, levantándose precipitadamente de la mesa.
—¡¿Estás borracho?! —le espetó Genutto levantándose a su vez.
Tomás se llevó las manos a la cabeza.
—Siempre la misma discusión…
Estaban a punto de llegar a las manos (bueno, a las manos y el pico) cuando escucharon un grito en la calle y un pensamiento simultáneo se vino a sus mentes: «Pitch».
Salieron precipitadamente a la calle y se encontraron con un tipo en el suelo que sangraba por el sitio donde debería tener un dedo, a Pitch muy cabreada, a dos policías y al tipo al que Tomás le había roto el brazo arengándolos.
—¡Esos son, agentes! —gritaba señalándolos con el brazo bueno—. ¡Esos son los tipos!
—¡Corred! —gritó Álex.
Todos pusieron pies en polvorosa tras haber cogido la manta con los cedés. Una lástima que al final los pillaran porque no conocían la ciudad y se metieron en un callejón sin salida…
—No podemos detenerlos por piratería porque el material es suyo... —dijo uno de los policías a otro mientras miraba al grupo, que esperaba en el interior de un calabozo—. Pero sí por venta ambulante, agresión, amenazas, acoso sexual, resistencia a la autoridad y posesión animales salvajes; todo en la misma tarde.
—Y mira qué música más rara… En las canciones sólo se escuchan toses y gritos… —corroboró su compañero—. Menos en la última, que es una psicofonía de “Cuarto Milenio”, se escucha a Iker Jiménez y todo.
—Se os va a caer el pelo…
—Por nosotros perfecto, agente —le apoyó Álex—. No teníamos sitio para dormir.
—¡Croa! ¿Cuándo sirven la cena?
—Patrón, ¿habrá frijoles?
—No lo sé, Tomás, pregunta a estos amables señores que nos dan asilo.
Uno de los policías se llevó una mano a la cabeza mientras el otro se daba cabezazos con la esquina del escritorio.
Este día de todos los santos nos encargamos de dejarle una velita a los programas que ya no están entre nosotros y que nos influyeron. Sabemos que no han sido sólo Noche Hache y El Informal, pero sí los que más nos marcaron. En cualquier caso, recomendamos guardar un minuto de silencio durante la reproducción de este vídeo, porque si habláis mientras lo veis no oiréis una mierda.
Y poco más tengo que decir que no haya dicho ya (sí, el de la voz soy yo), salvo que este es mi primer vídeo con el premiere y que me disculpéis si queda un poco chapucero porque aún no controlo mucho. Oh, y también me estreno con otra cosa: las VOS, lo cual es tremendamente irónico porque eran mi idea original para monifate... Dicho esto, que os den y que tengáis un buen día de todos los santos.