"Sí, sí, era Marx. Parecía Marx, tenía barba de Marx, hablaba como Marx y mencionó como mínimo dos veces las ganas que tenía de partirle el cuello a Bakunin" mencionaba uno de los ocultistas que presenciaron la aparición. Según las declaraciones de otros ocultistas, pudimos deducir que trataba de hablarles de la alienación del trabajo y de por qué se estaba produciendo a tal escala a día de hoy.
"Hablaba mucho sobre trabajo y esa clase de cosas, pero yo solo podía oír una cosa: aliens" afirmaba otro ocultista. De hecho, varios de los testigos consideran que lo que en realidad trataba de decir Marx es que se avecinaba una invasión alienígena, pero que lo hacía hablando de la alienación del trabajo porque a nadie le resultaría raro que soltase una parrafada sobre uno de sus temas favoritos y así no se corriera la voz de lo que acababa de decir y los aliens no castigaran a su espectro con mil años de trabajos forzados en las minas de ácido por bocazas. "Sí, hostia, que te lo digo yo; que tenemos a Nacho, el de criptología, trabajando en el asunto desde hace media hora y dice que tiene que haber aliens de por medio fijo." comentaba otro ocultista.
Ante tales declaraciones, decidimos recurrir a la ayuda de un experto, que no fue otro en este caso que el mismísimo Giorgio Tsoukalos, doctorado en criptohistoria, que afirmó que "En realidad todos estáis en lo correcto porque, como es de todos sabido debido a unos datos que me acabo de sacar de la manga, las teorías de Marx sobre la alienación del trabajo no son más que la forma que tenía de relatarnos lo utópicas que eran las condiciones laborales de los alienígenas, por lo que es probable que su fantasma quisiese decirnos que pronto vendrán los aliens a implantar una utopía y a darnos empleo a todos mientras nos rocían con algas supernutritivas salidas de una máquina que lleva chorricientos años en el desierto".
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