4 oct 2015

El emperador de la luna trata de destruir el sol con diez billones de tigres



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Esta noticia narra hechos futuros que hemos presenciado gracias a nuestra máquina del tiempo (hacía tiempo que la teníamos en el trastero, muerta de risa). Es posible que parte de estas cosas, o probablemente todas nunca lleguen a ocurrir debido a mecánicas de viaje temporal relacionadas con ir al futuro.

Probablemente os estaréis preguntando cómo la cosa que se describe en el título llegó a pasar siquiera más que cómo se desarrolló exactamente (cosa que también os explicaremos) y la verdad es que tiene su intríngulis.

A mediados del siglo XIX, Alexei Popanov, científico loco de profesión decidió acabar con el sol y que la mejor forma de hacerlo era emplear no menos de diez billones de tigres. La comunidad científica se rio de él, pero eso no impidió que dedicara su vida a planearlo y, una vez acabada esta, legara la tarea a sus hijos y estos a sus hijos.

Criar tantos tigres requiere de mucho espacio, preferentemente cerca del sol, de modo que decidieron comprar la extensión de terreno más adecuada que había disponible en la Tierra: la Luna, que por aquel entonces era un exhuberante mundo cubierto de junglas.

Los descubrimientos que la familia había realizado para matar el rato mientras averiguaban cómo poner en práctica el plan del abuelo les habían reportado dinero suficiente para comprar el trono de la Luna a la cabeza de Al Gore allá por el 3143. Al ya estaba harto de ser emperador de todas formas, de modo que tampoco pidió tanto para que los Popanov lo reemplazaran.

Un par de siglos más tarde, tras mucha ingeniería genética y militar, estuvieron listos para llevar a cabo el plan que había dirigido los destinos de millares de personas de su familia durante un milenio.

La primera parte del plan fue la más directa, una pequeña facción de tigres legionarios se puso a atacar al Sol a bocajarro con dientes y garras. Como puede parecer obvio, este método es increíblemente ineficiente, pero estos valientes tigres cumplieron la nada desdeñable función de entretener al sol mientras sus camaradas preparaban otros planes con más perspectivas de futuro. Todos ellos murieron carbonizados.

Otro grupo de tigres asaltaron al sol con bombas nucleares, conduciéndolas ellos mismos de forma kamikaze. Este método probó no solo ser poco eficiente, sino que además cometieron el error de usar bombas de hidrógeno que no hicieron más que darle más combustible al Sol, aumentando su fuerza.

Un tercer grupo se organizó para crear un gran asteroide hecho de tigres que se movía por el espacio propulsado por sus rugidos, impactando con cometas para desviar su órbita y mandarlos directamente al Sol para extinguirlo con su hielo. A pesar de la gran cantidad de cometas redirigidos, el asteroide no fue capaz de extinguir al Sol, y sus efectos sobre la integridad del astro fueron pocos o nulos.

Sin embargo todos estos planes estaban pensados en buena medida para que el Sol se confiara, porque el cuarto plan tenía que acabar con él por cojones. Los tigres del grupo más grande se pusieron a pelear entre ellos hasta acabar formando una bola de escaramuza felina tan compacta que acabó por ocupar menos que el radio de Schwarzschild correspondiente a la masa de todos los tigres, creando así un agujero negro.

No sabemos si esto acabó realmente con el Sol, el combustible se nos estaba acabando y no queríamos quedarnos en ese futuro post-postapocalíptico. De hecho probablemente no funcionó, eso suena demasiado guay como para ser algo que pudiese pasar tan entrados en el apocalipsis más aburrido de la historia.

Parece mentira, pero este tema ya se está discutiendo en nuestra época, he aquí un vídeo donde un reputado físico teórico y ninja desmiente que sea posible. Pero a lo mejor se equivoca…

Nos veremos en el futuro probablemente con noticias de un futuro aún más lejano, mientras tanto, ¿creéis realmente que tenemos una máquina del tiempo? ¿Creéis que el viaje en el tiempo es posible? ¿Los Delorean molan? Si la respuesta a alguna de esas preguntas no es “un pato” dejadnos hatemail en los comentarios, google plus, twitter, nuestra dirección de correo o donde sea. Incluso si lo escribís con vuestras propias heces en un tren lo leeremos. ¡Hasta pronto!

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