Si tienes hambre y no tienes tiempo para cocinar, probablemente lo mejor que puedes hacer de forma objetiva y no sesgada es sacar tus Cablesoba de su caja que los identifica como una copia legal no pirata y conectarte directamente a ellos (hirviéndolos e introduciéndolos en orificios no orales, pues son muy tóxicos).
Al hacerlo, tu avatar se manifiesta en una realidad virtual que es solo una rejilla verde con un sofá virtual donde puedes tirarte con tus colegas si también están conectado. ¡Porque estás ocupado, pero no tanto como para no ser joven!
En cada caja de Cablesoba encontrarás una bolsita de microchips para darle sabor, otra con lubricante para introducirte los cables y una más de salsa worcestershire. Porque, después de todo, ¿cómo iba a ser yakisoba chino si no tiene salsa worcestershire?
Los microchips tienen cuatro maravillosos sabores para adaptarse a todos los paladares, que son fase, neutro, toma de tierra y el nuevo y revolucionario mango. Este último es especialmente sabroso, porque ha sido creado explícitamente para tener el mismo sabor que los milagrosos mangos del General Mao de finales de los 60. ¡Saben a libertad para el proletariado!
A pesar de que muchos se apresuran a comentar que los Yakicybers de Dhal tienen sabores mucho más naturales y “dhaliciosos” (como el potencialmente letal sabor a mantarraya), solo con Cablesoba podrás probar de primera mano las maravillas de la corriente alterna. Como demostró Tesla en su momento, los rumores de que la corriente alterna mata mascotas están sacados de contexto. Además, ¿quién no querría recibir una refrescante descarga eléctrica?
Por supuesto, los rumores de que los Cablesoba son una copia china barata de los Yakicybers están totalmente infundadas. Solo hay que ver sus contenidos en harina para darse cuenta de la diferencia: mientras que Cablesoba incluye 0,003% de harina, los Yakicybers solo cuentan con 0,001%. Una muestra más de cómo las empresas de occidente tratan de matar de hambre al proletariado que trabaja para ellas y de cómo la industria alimentaria comunista tiene que venir al rescate del pueblo, como en el caso de los cereales Trotsky.
Para resumir:
- Lo mejor: el sabor a mango del general Mao, que sean mucho mejores que cualquier otra cybercomida que te puedas llevar a tus orificios no orales, las descargas eléctricas le añaden emoción, están aprobados por el Partido.
- Lo peor: existe la posibilidad de que sean tan sabrosos que mueras del shock.
Ya lo saben, compren Cablesoba. ¡La revolución palatal!
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