Hoy os mostraré cómo hacer un plato sabroso a la par que sano. Perfecto para grandes y pequeños, para el niño y para la niña. Sé que estáis emocionados y deseando empezar, pero antes de nada vamos a ver los ingredientes:
- Una ensalada.
- Beicon.
Paso 1. Haz una ensalada.
Listo. En nuestro caso la hemos hecho con lechuga, cebolla y aceitunas, pero vosotros la podéis hacer como más os guste.
Ahora bien, falta el ingrediente principal.
Paso 2. Fríe el beicon.
Procura no quedar extasiado por el delicioso olor que emana o podría quemarse. A mí me pasa a menudo, supongo que porque estoy acostumbrado a comer ratas y botas.
Paso 3. Añade el beicon a la ensalada.
Pero qué contrariedad, cruel destino, hemos hecho demasiada ensalada y no cabe el beicon. Habrá que buscar una forma de solucionarlo...
Paso X. Haz sitio al beicon.
Puedes empezar a retirar las aceitunas. Por deliciosas que sean y llenas de anchoas que estén, se interponen en tu camino hacia la ensalada perfecta.
Pero sigue sin haber sitio. A mí me gusta la cebolla cruda como al que más, pero habrá que hacer sacrificios si queremos alcanzar el plato que nos proponemos.
Agh, toda esa verdura sigue estando en medio.
Perfecto, estamos listos para volver al paso tres.
Paso 3b. Añade el beicon a la ensalada.
Ahora sí, nuestro beicon puede estar a sus anchas.
Paso 4. Aliña al gusto.
No hemos puesto demasiado para que quede sitio para el aliño, que probablemente consista en más beicon o whiskey.
Listo, nos ha quedado un plato y fresco y sano que le cerrará la boca a todos los que dicen que nunca coméis verdura. Que lo disfrutéis y nos vemos en la próxima receta, amigos.
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