Un día sentirás en tu mente la presencia del espíritu de la Dadivan, tratando de manipularte para que tu vida el siguiente mes se ajuste a algún cuento tradicional dadiveño o a alguna otra historia que tenga que ver con la Dadivan de una u otra forma. Obviamente no va a pasar, porque no solo vas a resistir su llamada, sino que además vas a activar una antigua máquina de extracción del espíritu dadiveño (utilizada en su momento para acabar con San Nicolás zombi) para acumular el espíritu dadiveño atrapado en la mente de otras personas y darle forma física (la de un regalo muy grande) para que puedas luchar con él y acabar con su maldición cuanto menos hasta el año que viene. Cosa que harás, claro.
Se te romperá la calefacción y tratarás de no morir de frío usando cerillas. Por algún motivo, en la llama de las cerillas verás visiones de ti mismo cenando en nochebuena con mucha comida y sin molestos familiares a los que no conoces, tratando de convencer a niños pequeños de que eres Papá Noel y viendo especiales de navidad mientras reproduces en tu ordenador sonidos de gritos agónicos y motosierras. Tras varios días despertarás, desnudo, sin nada en la nevera, considerando la posibilidad de que alguien hubiera adulterado tus cerillas para que alucinaras y no te enteraras de que te estaban saqueando.
Una voz en tu cabeza te dirá que es el espíritu dadiveño y que planeaba representar con tus acciones el cuento del Cascanueces. Sin embargo, alegando que no se ve capaz de adaptar tu vida para que se ajuste a un cuento tan ridículamente complicado, simplemente hará que un cascanueces te dé en la entrepierna, cosa que pasará antes de que termine la frase. Días después un muñeco de nieve animado se te aparecerá y te ofrecerá ayuda con tu vida sentimental, pero la rechazarás porque aún te siguen doliendo los testículos. Tras unos segundos te darás cuenta de que eso ha sido estúpido y buscarás al muñeco de nieve, pero para entonces ya habrá desaparecido. En el campo del dinero todo bien.
Si eres el gemelo malo, empeñarás el peluche favorito de tu hermano para comprarle decenas de cucarachas para criarlas y ponerlas bajo su cama cuando alcancen un tamaño apropiado. Si eres el hermano bueno, te darás cuenta de que tu hermano tiene un terrario para cucarachas que nunca usa, así que lo llevarás a empeñar para comprar un lazo para ponerle a tu peluche favorito y regalárselo a tu hermano en estas fechas. ¡Feliz Dadivan a los dos!
Te pasarás todo el mes viendo especiales de Dadivan. Cuánta entretención.
Un día, tras pasar una fructífera tarde robando a niños tu sueño se verá interrumpido por los fantasmas de las dadivanes pasadas, presentes y futuras. Contrario a lo que te puedas esperar, no van a tratar de inducirte a no ser un capullo, de eso se encargan otros fantasmas; sino que van a aconsejarte que dejes de robar a los niños porque es mucho más rentable engañarlos para que compren cosas. Por si fuera poco, el fantasma de las dadivanes futuras te dará un par de ideas de juguetes que revolucionarán las dadivanes tal y como las conocemos por su gran atractivo para los niños, su alto coste y su escaso tiempo de vida. La mañana siguiente tratarás de poner en marcha las estrategias de márketing de los fantasmas, pero acabarás por no hacerlo y comprarás alfileres para pinchar los globos que compren los niños en el centro comercial. ¿Acaso no es ese el verdadero espíritu de la Dadivan?
En busca de una forma de ganar mucho dinero en Dadivan, invocarás al espíritu de la dadivan, que te enseñará increíbles estrategias de márketing para conseguir que la gente compre sin control. Tras esto, el espíritu se irá haciendo mención a algo sobre cuentos dadiveños que no entenderás del todo. Pero qué importa, tienes dinero, ¿qué más necesitas?
La nariz de una de tus vacas se pondrá a brillar en rojo, probablemente debido a su infección por algún parásito. Al ver esto, decidirás llamar al veterinario para que le eche un vistazo, pero mientras lo haces aparecerá un gordo vestido de rojo que meterá tu vaca en un tractor mágico y se irá volando con ella, asegurándose que la vaca se quede mirando hacia atrás para suplir los focos fundidos del vehículo. Tratarás de derribar el tractor lanzando lo que tienes a mano, piedras, pero por desgracia el tractor no está hecho de madera o algo así (¿qué demonios pretendías?), así que te tendrás que resignar a ver volar el tractor lentamente sin poder hacer nada.
Contraerás una enfermedad incurable y morirás. Sí, sí, morirás. Del todo. Pero de alguna forma revivirás en forma de muñeco de nieve, y el mismísimo espíritu de la Dadivan te encomendará la misión de cuidar de cuidar de tu hijo (aunque no tengas descendencia, los espíritus no entienden de eso), pero por algún motivo acabará redirigiéndote a ayudar a otra persona a encontrar el amor verdadero. Sin embargo, cuando vayas a hablar con esa persona rechazará cualquier ayuda que puedas darle y te dará un puñetazo en los morros (o en alguna otra región de tu cara echa de nieve). Al ver esto, el espíritu de la Dadivan se acabará cansando y te devolverá a la vida, pero como no ha conseguido hacer que tu vida represente ninguna historia dadiveña (en sus propias palabras) te dará una gripe muy fuerte para que te acuerdes de la Dadivan durante el resto del año. Cosa que harás. A no ser que te pongas amnésico. Lo cual es bastante probable.
Unos tipos montados en camellos se te aparecerán un día trayéndote regalos y diciendo que eres su mesías. Sí, no hay mucho que contar, va a ser un mes bastante normal para ti.
Un día te despertarás pensando en verso y con una sana ansia de robar, en especial, de robar la Dadivan, aunque eso es un concepto muy amplio y acabarás razonando el asunto tal que "si existe durante la Dadivan es algo dadiveño, y así pues todo lo robaré con el mismo empeño"; así que simplemente te colarás en casas aleatorias y cogerás todo lo que encuentres. Cuando te veas con todo tu botín formando una enorme pila en tu chabola te emocionarás tanto que tu corazón crecerá tres veces su tamaño y tendrás que ir al médico. Al final tendrás que venderlo todo para pagarte una operación de transplante de corazón.
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