- 4 lonchas de jamón grandes
- Cebollino
- Albahaca fresca
- Láminas de oro comestible (para rallar)
- 4 tomates pequeños
- 1 garrafa de anticongelante
Tómense las lonchas de jamón y espéciense con albahaca y oro a gusto. Resérvense en el frigorífico.
Pélense los tomates con cuidado y extráiganse las partes duras con ayuda de un descorazonador. Indrodúzcanse los tomates en un cuenco con anticongelante y déjense macerar media hora. Es importante que el anticongelante cubra por entero el tomate para que se aromatice adecuadamente.
Una vez esté listo el tomate, póngase sobre el jamón y colóquese el jamón de tal forma que envuelva al tomate como si de un saco se tratara. Átese cada bolsita de jamón con el cebollino y aderécese con un poco más de anticongelante. ¡Buen provecho!
Nota: Es posible que alguno de sus comensales vomite copiosamente o muera al probar la receta. Para evitar este efecto, pruebe a realizarla sin usar anticongelante.
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