La verdad es que a efectos prácticos las diferencias no se notan mucho, aunque la estructura política es completamente diferente. Por ejemplo, en Himandia ya casi nadie se molesta en ir a votar a las elecciones generales. Y no es por indecisión o pasotismo, es que verdaderamente no importa.
El último presidente electo en Himandia (como unos 10 años atrás) se fugó a un búnquer acorazado con planchas de titanio forradas en polvo de diamante al ver el estado en el que se encontraba el país. La cosa es que cuando esto pasó, tras un par de días de malestar y preocupación, la gente acabó dándose cuenta de que no había cambiado absolutamente nada. Vamos, había saqueos y esas cosas, pero eso ya era normal, especialmente en la capital.
Donde, por cierto, el ayuntamiento ya llevaba bastante tiempo tomado por lo que puede considerarse como poco menos que una mafia de políticos vampiro (no, no me vengáis con que todos los políticos son vampiros metafóricamente, estos también chupan sangre, pero de verdad) que había aprovechado varios vacíos legales en su momento para prohibir votar en las elecciones municipales a cualquiera con menos de 200 años de edad. A nadie le llamó demasiado la atención.
Así que, como podéis ver, las administraciones de las distintas entidades federales, subreinos y ciudades-estado (una de las cuales está regida por no-humanos) tienen bastante poder, más ahora que no tienen presidente y el parlamento, que es el órgano que debería asumir poderes ejecutivos en su ausencia, es tan vestigial y está tan atado por su propia burocracia y protocolos que hace tiempo que es un club de tute. Algunos intentan hacer campaña porque las elecciones generales se siguen celebrando una vez cada cuatro años, pero la cosa nunca funciona porque la cantidad de gente que va a votar es demasiado poca como para considerar el resultado válido.
De modo que, sí, el país sigue en pie por costumbre.
Por costumbre sigue además el ejército, por si alguien se lo preguntaba. Hace como un siglo que es un cuerpo sin una función real, sobre todo desde que las entidades federales han empezado a contratar a sus propios mercenarios para defender sus intereses. Aún así, siguen ahí, y también hacen campañas de reclutamiento como en nuestra dimensión. Nadie sabe exactamente por qué porque nadie les paga.
Probablemente la existencia del ejército se debe en buena medida a que su general sigue vivo. Este general es el rey de Himandia, que vive en el exilio. Y no es como si lo exiliaran recientemente, su familia lleva siglos viviendo en Extrangia, el país vecino, y a día de hoy tienen bastante más sangre extrangesa que himandesa, pero aún así siguen con el firme propósito de retomar el país algún día. A pesar de que está claro que no va a funcionar y en caso de que lo hiciese no iba a cambiar nada. ¿Véis como en el fondo es casi como lo que se hace aquí?
Varias sociedades secretas no terminan de creerse esto y creen que todo es una enorme conspiración para que la gente crea que el gobierno no funciona y así los distintos poderes puedan perseguir sus intereses sin que nadie se dé cuenta. Por supuesto ellos mismos fallan a la hora de darse cuenta de que lo que más provecho reporta a estos poderes es ques no haya nadie al timón y la gente no solo es totalmente consciente de que se dirigen en una lenta deriva a la perdición, sino que les da igual mientras tengan su zang de cabra métal.
Si queréis saber más de la horrible política de Pork en particular e Himandia en general, así como otras cosas graciosas, podéis echar un ojo a la hashtag #ThePorks donde retransmitimos algunas de las cosas más graciosas de este periódico.
Ah y no olvidéis que este año también nos presentamos a las elecciones y prometemos no robar mucho, entre otras cosas que también detallamos en nuestro programa. ¡Huy! ¿Dónde hemos puesto nuestro programa?
Para más información sobre qué cosas bombardearemos si nos convertimos en la primera entidad no humana presidente de España, mandadnos hatemail a nuestro correo, twitter o G+. ¡Que paséis un buen Domingo Democrático!
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