Después de recibir una herida de flecha, desarrollarás la habilidad de hacer aparecer a un espíritu que adopta la forma de una cabra de batalla con máscara de lucha libre. Con ayuda de los poderes sobrenaturales de tu cabra, descubrirás al causante de tu nueva habilidad, al que irás a patear el culo sin dudarlo un momento porque te darás cuenta de lo peligroso que es que todo el mundo pueda hacer aparecer cabras de batalla a voluntad. Nadie debería ser tan poderoso como para controlar una cabra. Nadie.
Un día te despertarás con un ligero pinchazo en el pecho y con la capacidad de manifestar un espectro con forma de nariz que ampliará tus capacidades olfatorias. Gracias a esta nueva habilidad, olerás el aroma de cientos de litros de leche recién ordeñada. Olerá tan bien que comprarás mucha. Muchísima. Litros y litros de leche. Cantidades tan astronómicas que ofenderían a las deidades principales de al menos doce religiones. Como es de esperar, buena parte de la leche se te pasará de fecha y, debido a tu olfato superdesarrollado, el efecto del olor se verá incrementado. Perderás el conocimiento y estarás a punto de morir, pero de repente perderás tus habilidades sobrenaturales y te salvarás. Para que luego digas que no tienes una vida interesante.
Después de una picadura de algún bicho gordo o algo así, adquirirás poderes sobrenaturales que te permitirán ver a través de todo. El problema es que no los podrás usar para ver a la gente desnuda porque verás a través de TODO, su ropa, su carne, su hueso, absolutamente todo. Sin embargo, gracias a mucho entrenamiento y perseverancia conseguirás usar tu poder para ver a gente desnuda un par de días antes de que desaparezca para siempre sin motivo. Te pasarás el resto del mes meditando sobre la cantidad de personas a las que has visto tratando de usar un poder como el tuyo y lo ridículos que parecían cuando miraban a gente muy, muy fuerte. Llegarás a la conclusión de que, quienquiera que creó la expresión "desnudar a alguien con los ojos" probablemente tenía un poder similar al tuyo.
Mientras tu hermano y tú discutís, ambos recibiréis un flechazo en el brazo, casi simultáneamente. Después de unos minutos, os daréis cuenta de que podéis invocar armas espectrales. Si eres el gemelo malo, invocarás una lanza que puede traspasarlo todo. Si eres el gemelo bueno, invocarás un escudo que puede parar cualquier golpe. Para evitar la evidente paradoja, el universo se escribirá alrededor de vosotros de tal manera que siempre que uséis vuestros poderes contra el otro, el flujo del tiempo se distorsionará y volveréis a un tiempo en el cual no habéis usado vuestras habilidades (pero recordando todo lo que hicisteis). Al final de mes perderéis vuestros nuevos poderes. O bueno, en algún momento, porque con la tontería de los saltos temporales viviréis algo así como un mes más. Quality time.
Te darás cuenta de que hay gente que actúa como si viese fantasmas o algo.
Oirás hablar de gente que desarrolla poderes espectrales tras recibir un impacto de flecha y tratarás de ponerte en un lugar donde sea fácil que te disparen una flecha mágica. La cosa tendrá efecto, pero la habilidad que desarrollarás será... decepcionante. Es como un cepillo de dientes fantasmal o algo así. Tratarás de hacer que le salgan pinchos o algo, pero nada funcionará. Solo a final de mes, cuando alguien revierta el efecto de los espectros, descubrirás que la pasta de dientes fantasmal contenía alucinógenos muy potentes y que podrías dejar a toda la ciudad drogada lavándoles los dientes. Lo peor es que te darás cuenta de esto cuando pruebes tu poder lavando tus propios dientes como última opción. Lo peor o lo mejor, según por dónde se mire.
Encontrarás una flecha mágica que da poderes mágicos a la gente, así que decidirás ir clavándosela por ahí a los demás y esperar a que algo pase. Y con suerte que no se mueran o algo. Eso sería bastante problemático. Te pasará de todo mientras vas por ahí disparándole a la gente, y hasta habrá una persona que te de volverá la flecha y te la ensartará a ti (malditos desagradecidos...). Pero bueno, sabes que esta clase de cosas no suelen durar, así que tras perforar a una cantidad considerable de gente volverás a casa y esperarás a quienquiera que venga a derrotarte. Tras un diálogo de villano estereotípico, el héroe te vencerá con su cabra de batalla (¿cuántos misiles puede tener un bicho así?), te ajusticiará, disolverá tu cuerpo con agua bendita y romperá tu flecha. Por suerte lo que matará tan brutalmente no será más que un doppelganger que crearás con tu propia habilidad fantasmagórica. Pero sí, te romperá la flecha y eso quiere decir que nada de poderes sobrenaturales fantasmagóricos a partir de ahora. Aunque ningún poder es mejor que el del dinero. Salvo quizás el poder del prisma lunar.
Te darás cuenta de que hay una vaca fantasma que aparece detrás de ti en situaciones peliagudas y que no todo el mundo puede ver. Con el tiempo descubrirás que su presencia te confiere poderes bovinos, lo que te permitirá mugir más rápido a tus reses de carne y hueso. Además, podrá dar puñetazos fantasmagóricos (a pesar de carecer de puños), lo que te será útil contra los ladrones de leche. Perderás el poder a finales de mes, pero por lo menos lo has utilizado para algo productivo: ganar dinero fácil por medios sobrenaturales.
Alguien te clavará una flecha en la nuca porque NO SE PUEDE CONFIAR EN EL METRO. Tras recibir el impacto enfermarás de gravedad y te empezarán a salir como zarzas fantasmagóricas por todo el cuerpo. Será todo extrañamente erótico. Estarás a punto de morir, pero de repente se te pasará todo y estarás completamente saludable. Por una vez parece que el problema se soluciona solo y no deja secuelas. Aunque después despertarás con pie de atleta.
Alguien te lanzará una flecha. La atraparás al vuelo entre tus dedos e, inconscientemente, la devolverás a tu atacante. Nada remarcable aparte de eso. Solo lo de siempre, cartas del presidente de los Estados Unidos, gente que te pide que conviertas a sus cónyuges en oro...
Verás a tu primo el pequeño jugando a un videojuego en el que unos ladrones tratan de robar leche de un carro. Eso te inspirará a hacer lo mismo, así que buscarás al productor de leche más cercano y te asegurarás de que la leche no esté en movimiento y no haya nadie que use un arco en los alrededores para evitar que te pase lo que a los ladrones del juego. Aun con todas tus precauciones, no conseguirás evitar que frustren tus planes y te den una paliza. Con puñetazos invisibles. Jodidamente increíble.
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