¡El rostro del mal! |
Hablo, por supuesto, de los moluscos: almejas, mejillones, conchas finas… Todos se reúnen en nuestras mesas con las aviesas intenciones de destruirnos y asimilarnos. Tramando entre ellos en su lengua secreta de moluscos.
¡Ten cuidado! Tu propia abuela podría haber sido ya suplantada por uno de ellos y llevar años como espía en tu casa, sin que sospecharas lo más mínimo. En caso de que sospeches de ella o cualquier otro miembro de tu familia, lo más razonable es que esperes a que se duerma y compruebes si está desarrollando una dura concha en la espalda que probablemente trate de esconder. Recomendamos extremar la precaución porque, de ser descubierta, probablemente trate de asesinarte en el momento para que no reveles el complot. Pase lo que pase, recuerda: esa criatura que tienes ante ti ya no es tu abuela.
La mejor forma de combatir a estas horribles criaturas es FUEGO, FUEGO EN CANTIDADES. O, en su defecto, cantidades aún mayores (industriales incluso) de zumo de limón con el que irritar sus sensibles órganos sensores.
Y, en el caso de que las cosas se pongan especialmente feas y no sea posible controlar a los moluscos, el protocolo a seguir es el mismo que con cualquier otro tipo de apocalipsis: entra en pánico y huye lo más rápido posible a las montañas mientras gritas como un poseso, advirtiendo a todos en tu camino de que los mejillones van a por ti.
Es posible que los moluscos hayan desarrollado un odio irracional contra la humanidad que les fuerza a atacarnos o, peor aún, una mente colmena que les permite organizarse para invadir la tierra firme. Pero es poco probable que sean ellos mismos los que están detrás de todo esto. Tiene que haber una mano negra, un autor intelectual del horror.
Y, por supuesto, no pueden ser otros que los gallegos. Como siempre, los malditos tratan de destruirnos con sus retorcidos planes. Maldita sexa! Un só prestige non foi suficente para deter os seus malignos plans! Por supuesto no abogamos por violencia contra los gallegos para evitar sus oscuras tramas de conquista, pero, es decir, ¿qué más da? Al final todos seremos aniquilados junto al universo cuando Monifate lleve a la culminación sus planes.
Por otra parte también es posible, aunque improbable, que los gallegos no tengan nada que ver con todo esto y sea un plan secreto de Filippo, señor de los océanos, emperador acuático, para hacer progresar su objetivo de inundar toda la tierra firme y esclavizar a todos los humanos. En cuyo caso, aceptad a vuestros nuevos señores pisciles y dejad en paz a los moluscos, aquí no hay nada que ver.
Si vosotros también sospecháis que vuestra abuela puede ser un espía de los moluscos o conocéis otros apocalipsis de los que deberíamos estar informados, podéis mandarnos hatemail al respecto a nuestras cuentas de correo, Twitter, G+ (mientras dure) o a los comentarios de esta misma entrada. ¡Seguid vigilando los cielos, digo, a los gallegos!
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