Y a menudo la gente trata de conseguir cosas de ellos, como en nuestro mundo. El modo en que lo hacen es muy sencillo y probablemente se pueda aplicar también a las necesidades de la Tierra.
El primer paso es encontrar a vuestro santo local para saber con quién tenéis que tratar. Generalmente habrá un edificio grande con su nombre, pero si no lo tenéis muy claro, no está de más preguntar a vuestra abuela, que seguro que controla del asunto.
Lo siguiente es decidir qué pedir. Si desempolvamos nuestro chatheghismo, veremos que los santos mayormente solo interceden por los hombres ante los dioses, por lo que su poder real está severamente limitado. Aun así pueden ayudar con cosas pequeñas pero útiles como encontrar objetos perdidos, conseguir novia, curar verrugas, proteger a las gallinas de los zorros o cruzar una calle en concreto sin peligro.
Una vez se tiene claro el objetivo, lo que hay que hacer es conseguir una imagen del santo en cuestión. Lo que mejor funciona (si no tienes reliquias, que asumimos que probablemente no) es una talla o una estatuilla, pero también se puede usar con estampitas e incluso garabatos del santo que se hayan dejado a remojar en agua bendita.
El proceso en sí consiste en someter al santo mediante amenazas hechas a su imagen. Por ejemplo, si tienes una talla, puedes atarle un pañuelo alrededor del cuello y decirle al oído que, si no hace lo que le pides, que después se la atarás alrededor de los cojones (hay estatuillas con los genitales especialmente resaltados para hacer esto posible). Si tienes una estampita, siempre puedes dejarla en la cocina, cerca de un hornillo, hasta que acceda a lo que pidas (no lo suficientemente cerca como para que se queme, pero que pueda sentir el calor).
Por supuesto, si esto no funciona, lo mejor es subir el nivel de las amenazas. Quizás arrancarle miembros hasta que acceda, ir amontonando piedras delante de ellos y amenazar con apedrearlos si la cosa sigue así, o incluso someterlos a escarnio público en un lugar concurrido (aunque esta última es poco recomendable, al fin y al cabo lo único que estás haciendo es criticando en voz alta a un santo, y es probable que levantes alguna mirada de curiosidad y/o asco entre los menos creyentes).
Lejos de oponerse a ello, los sacerdotes locales animan a sus feligreses a llevar a cabo estas prácticas e incluso les instan a cumplir sus amenazas si los resultados no han sido satisfactorios “para que no se nos malacostumbre”. La propia Iglesia no hace declaraciones al respecto.
De modo que, ahí lo tenéis, si alguna vez tenéis alguno de esos pequeños problemas de la vida, no hay nada como unas pocas amenazas bienintencionadas para lograr ayuda sobrenatural, probablemente el mejor tipo de ayuda, seguido de cerca por la ayuda paranormal.
Si queréis saber más de nuestra Tierra alternativa, no dejéis de echar un buen ojo a otras entradas de este blog y si os ha gustado la entrada mandadnos hatemail a los comentarios o nuestras cuentas de correo y Twitter, que es algo muy cthulhucristiano. ¡Hasta la próxima!
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