Lo primero que necesitas es convencer a tu modelo. A lo largo del artículo nos referiremos a tu novia de chocolate en femenino, pero usar cualquier otra configuración humana es perfectamente posible. Como íbamos diciendo, necesitas convencer a tu modelo, ya sea dando pena, ofreciendo dinero o convenciéndola (mediante una dosis razonable de cloroformo, demasiado podría matarla).
Una vez te hayas asegurado una modelo, llena un contenedor lo bastante grande con yeso y ponla sobre él completamente quieta de modo que conserve su figura. Tendrás que repetir el proceso dos veces, para tener ambos lados. Cuidado con que no se ahogue.
Una vez tenemos nuestro molde de yeso, descartamos a la modelo (que ya ha cumplido su función) y lo empleamos para verter en él cantidades industriales de chocolate fundido (hará falta más o menos dependiendo de si quieres que sea macizo o hueco y, ya está, una vez fragüe, tendrás a tu novia de chocolate.
Ahora que tienes una novia de chocolate, lo más importante es asegurarte de mantenerla en las condiciones apropiadas para que no se te eche a perder. Para que no se funda, lo ideal es conservarla en un congelador lo suficientemente grande después de cada cita (pide un congelador para meter cadáveres en tu tienda de electrodomésticos). Si estás cualificado, también puedes tratar de usar magia negra para mantenerla estable (o magia con leche, dependiendo del tipo de chocolate; no lo intentes con chocolate relleno, por favor).
También es importante escoger adecuadamente la ropa que le vas a poner, y más aún, el detergente que vas a usar. Si alguna vez has tenido que sacar manchas de chocolate de tu ropa sabrás lo difícil que puede llegar a ser, más aún cuando la mancha está expandida por toda la ropa.
Una vez tengas controlado lo básico, solo queda decidir dónde sacarla a citas. Puede ser que tu primer impulso sea no sacarla de casa en ningún momento para evitar las miradas de vecinos, curiosos y agentes de la ley, pero trata de sobreponerte a eso. Algún día la gente entenderá vuestro amor.
Lo ideal a la hora de organizar una cita con tu novia de chocolate es evitar sitios calurosos y días soleados. La playa evidentemente no es una opción, y tampoco lo es ir a pistas de esquí o a montañas nevadas (aunque estén frías, la luz del sol rebota en la superficie de la nieve y puede acelerar el proceso). Lo ideal es llevarla a una pista de esquí. Es más, si has hecho bien la estatua, puede que ni siquiera necesite patines para deslizarse. Sea como sea, si la sacas a comer, asegúrate de evitar llevarla a comer chocolate; eso es técnicamente canibalismo, y es algo que queremos evitar a toda costa.
Ahora bien, desgraciadamente vas a tener que tratar de contener tus impulsos de tener relaciones íntimas con tu novia de chocolate, principalmente porque si la manchas no va a haber forma de limpiarla adecuadamente sin arriesgarte a que se funda parcialmente en el proceso. Quizás consideres hacerlo en sitios muy fríos, pero es en general una mala idea: podrías quedarte pegado, y eso sería desagradable para ambos.
Y, aunque bien conservado, el chocolate puede durar meses o años, probablemente tu amor por tu novia de chocolate sobreviva incluso a este tiempo, por lo que llegará un momento en el que empiece a oler y tengas que despedirte de ella para siempre. Para esto hay varias opciones, como enterrarla en un sitio bonito o por fin consumar vuestro puro amor derritiéndola y rociándola por tu pecho mientras aún esté caliente. Aunque, sin duda, una de las mejores formas es convertirla en barras de chocolate podrido y enviarlas a tus enemigos de modo que ella pueda ser la mano ejecutora de tu venganza definitiva.
Y eso es todo, esperamos que estos consejos os ayuden a lograr la vida amorosa plena que siempre habéis ansiado. Y recordad que podéis mandarnos hatemail a nuestras cuentas de correo o Twitter.
PD: si lo que tienes es una waifu y no quieres contaminarla trasladándola al sucio, sucio mundo de las dos dimensiones, siempre puedes usar impresoras 3D o dibujarla a mano en una única gran tableta de chocolate. ¡Ánimo!
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