"Hablaban mucho del ejército, así que creí que quizás el mismo ejército podría lograr que llegaran a un acuerdo" alegaba Manolo Percébez, moderador del encuentro. Tras su llamada al ministerio de defensa, el batallón de soldados tardó diez minutos en llegar. "Cuando llegaron todos nos quedamos en silencio. El que parecía el jefe identificó rápidamente a los que discutían y todos los soldados se abalanzaron a reducirlos." afirmaba otro asistente al encuentro.
Afortunadamente, no hubo que lamentar pérdidas mayores. Cuando los 50 soldados se apartaron de los contendientes, ambos seguían respirando, y uno de ellos ni siquiera se había roto el bazo. "Me muero... me muero muy mucho" decía el contendiente más magullado por la torre humana de soldados de los dos. "Me alegro de que el ejército me dé la razón. Son necesarios para pacificar cos..." dijo el segundo contendiente justo antes de desmayarse por la pérdida de sangre.
"Uy, los pacifistas son los peores. Se reúnen expresando sus puntos de vista de forma amable pero contundente. Es difícil obligarles a dejar de discutir acerca de sus pacíficas ideas si no es por la fuerza. Casos difíciles, sin duda." comentaba el general Marsópez. La convención se disolvió precipitadamente poco después de la acción pacificadora de los soldados. Habrá una quinta intentona de convención a finales de mes, pero esta vez en un sitio libre de sangre.
Lol. Porque todo es mejor con un 10% más de ibañezina.
ResponderEliminar