Saturday Night Rhapsodist
Con este pintoresco nombre se designa a una profesión relativamente nueva, pero muy demandada a día de hoy. Los rapsodas del sábado noche (españolizando el término) son poetas que acompañan a jóvenes (y no tanto) los sábados por la noche para ver y narrar posteriormente sus actos.
Son bardos contemporáneos que observan los hechos que van a narrar de primera mano y los relatan en verso o prosa poética no al gran público, sino al autor de tales hechos que probablemente no se acuerde de ellos debido a la melopea. La mayor parte de las veces, uno de estos rapsodas es contratado para narrar las desventuras de un pobre desgraciado, pero en ocasiones se contratan rapsodas de sábado noche para relatar los hechos realizados por un grupo entero de curdas, saliendo esto más económico pero siendo ligeramente más incómodo.
El buen Saturday Night Rhapsodist sigue a todas partes a su cliente con una libreta en una mano y una linterna en la otra, pues es un tanto complicado escribir de noche en ciertas zonas. Sin embargo, para realizar correctamente su trabajo ha de acompañar a su cliente desde una distancia prudencial para evitar inmiscuirse en la historia que va a relatar, pero no demasiado lejos porque con eso podría perderse algunos actos importantes. Algunos expertos afirman que la distancia adecuada es tres pasos atrás del cliente en lugares poco concuridos y uno en lugares muy concurridos.
Los rapsodas de sábado noche a menudo tienen otros empleos el resto de la semana y utilizan este para ganar un poco de dinero extra. Suelen ser personas con empleos nocturnos y una gran capacidad para rimar, incluso con palabras como “vómito”, “furcia” o “cubata”. Acompañan a sus clientes toda la noche normalmente llevando un sombrero de ala ancha con pluma para que los demás sepan que están de servicio. Para que lo relatado en sus poemas esté distorsionado en la menor medida posible, no beben, y si lo hacen siempre es acompañado de otros rapsodas que puedan ayudarles a rellenar los huecos de su historia. Una vez acaba el viaje nocturno del cliente, él y el rapsoda se separan, y este último utiliza lo que quede de noche y la mañana siguiente para formalizar y pasar a limpio su obra, posteriormente grabándose recitándola y mandándosela a su cliente por correo electrónico.
El trabajo de los Saturday Night Rhapsodists en ocasiones no es fácil. A veces toca acompañar a un cliente que se pone violento cuando tiene alguna copa de más, o peor aún, se pone tonto y canta canciones de campamento. Y normalmente eso no es lo peor. En muchas ocasiones, el cliente, al oír los despropósitos realizados la noche anterior acusa al rapsoda de mentiroso o le culpa por no intervenir para evitar tales situaciones. Pocas personas aguantan más de dos días en este trabajo, pero los que consiguen meterse de lleno en ello acaban por publicar audiolibros relatando los mejores ciegos que presenciaron. Las dificultades son evidentes, pero los más aptos pueden tener un sueldo de por vida gracias a esta profesión.
¡JAJAJAJAJA! Me encanta, en serio. Yo de mayor quiero se de estos, ¿han sacado oposiciones o por ahora está todo en el sector privado?
ResponderEliminar@conddedados Por ahora prácticamente todos son autónomos, pero no te digo yo que no saque plazas próximamente el estado. Es una profesión con futuro, se mire por donde se mire.
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