Pues, como se suele decir, en el amor y en la guerra todo vale (porque nos la sudan las Convenciones de Ginebra), así que os vamos a enseñar cómo usar esta táctica de forma efectiva para conquistar a la chica o chico que os gusta y afianzar el terreno.
En la blitzkrieg romántica, al igual que en su contraparte militar, lo primordial es atacar de forma rápida y directa, asegurándose de coger al enemigo desprevenido. Antes de la confesión, han de evitarse a toda costa insinuaciones y flirteos que puedan revelar al objetivo los sentimientos del enamorado.
La confesión también ha de ser directa y sin pretensiones, se han de evitar citas en lugares especiales o cartas de amor que puedan poner al objetivo sobre aviso. Lo ideal es acechar hasta encontrar una situación en la que el objetivo no tenga la posibilidad de considerar sus sentimientos y aprovechar ese momento para atacar con una confesión precisa y directa al grano.
Algunos estudiosos de la técnica aconsejan acompañar la confesión con una pedida de mano, pero si bien la técnica ha demostrado ser increíblemente efectiva bajo las circunstancias adecuadas (como la petición de Sakura-chan en la batalla por Senpai, 1994), el riesgo es mucho mayor porque, en palabras del General Keiichi-kun, "estás usando tu arma secreta desde el principio".
En caso de que el objetivo quiera tomar un tiempo para reorganizarse y reconsiderar sus sentimientos, el atacante ha de seguir ejerciendo presión hasta obtener una respuesta. La forma de conseguirlo es irrelevante, pero algunas ideas útiles son asegurarse de bloquear todas las salidas del edificio en el que se va a hacer la confesión, seguir al objetivo a dondequiera que vaya hasta obtener una respuesta o incluso contratar a un celestino abrupto.
Una vez iniciada la relación, el ritmo no ha de decaer en ningún momento; el objetivo ha de ser presionado constantemente hasta que se termine la ofensiva a través del matrimonio y/o la producción de descendencia.
La petición de matrimonio, al igual que la confesión, ha de ser rápida, directa y sin posibilidades de escapatoria. En este caso es además interesante hacerlo estando presentes los padres del objetivo para ahorrar tiempo. Realizar esta operación en un lugar concurrido y de asistencia obligatoria (como el recital de piano de la hermana menor del objetivo) ha demostrado ser especialmente útil en más de una ocasión, ya que impide que los progenitores respondan con violencia o, peor aún, puedan escapar sin problemas.
En el terreno íntimo, la ofensiva ha de ser igualmente rápida y directa. Tomar de la mano al objetivo y besarlo para sellar la confesión es de suma prioridad, pues impide que el objetivo sea capaz de pensar sobre el nivel adecuado de contacto íntimo en cada momento. En lo que se refiere a situaciones más delicadas, en términos relativos al baseball, el enamorado ha de asegurarse de estar en todo momento por lo menos una base por delante de lo que el objetivo esperaría. Los home-runs han de ser contundentes, certeros e inesperados.
Esta táctica asegura al enamorado una vida romántica exitosa y productiva o un alto número de órdenes de alejamiento, lo que sea que venga primero.
¿Habéis intentado alguna vez esta estrategia y habéis pasado la noche en un calabozo por ello? Enviadnos hatemail a nuestro correo, G+, twitter o los comentarios.
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