5 may 2019

Cómo reproducirte por partenogénesis

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Ya os avisábamos hace casi cuatro años de que los dragones de komodo son más métal que los dragones. Y esta es una de las razones que dábamos:
No obstante, por increíble que parezca, todos estos gérmenes que tienen por toda la boca no les afectan a ellos. Existe la posibilidad de que sean inmortales, pero lo contradice el hecho de que se reproducen y a lo bestia. Una hembra puede reproducirse por partenogénesis, es decir, sin necesidad de ningún contacto íntimo con un macho, puede poner huevos de los que todas las crías son machos. ¿Ha entrado una hembra en tu paradisíaca isla tropical? Pues más te vale que estés preparado para cambiarle el nombre por Dragondekomodolandia, porque eso es lo que va a ser a partir de ahora.

Y tras estos años de estudio hemos conseguido aislar sus secretos y hacerles ingeniería inversa para que cualquiera pueda hacerlo en casa. Después de todo, no ser mujer o no tener útero no deberían ser impedimentos para poder parir a tus propios clones.

Como el día de la madre se aproxima rápidamente a su final, vamos a reducir este complicado proceso bioquímico a tres pasos.

1. Haz un pacto inefable con Mueretegle, dios de la pestilencia

Esta horrenda deidad de la podredumbre y la infeccón es probablemente el patrón de todos los dragones de komodo y el origen de la mayoría sino de todos sus asombrosos poderes para causar sufrimiento humano. Esto incluye sus increíbles capacidades reproductivas, por lo que querrás ir a un lugar apropiado (como un hospital abandonado o un pantano a rabiar de mosquitos satánicos) llevando víctimas como sacrificio (hoy en día dicen que una de esas bolsas enormes de doritos sirve, al menos como mínimo) y tramar pactos horrendos con el dios para obtener parte de sus poderes. Dicen que su programa de tarjeta por puntos es muy jugoso. Y que el jugo es pus.


2. Rellena tus huevos

Ahora que tu material genético es apto para producir descendencia viable por sí solo, solo tienes que coger tus propios huevos rellenables (se pueden adquirir en cualquier gran superficie) y ponerlos hasta arriba del horrible caldo que puedes exudar por los nuevos órganos que te ha concedido Mueretegle. Precalentamos el horno a 40º, los introducimos y esperamos entre dos y tres semanas. Et voi-là! Tus propios clones pequeñitos a los que llamar hijos. ¡Felicidades, mamá!


3. Busca una explicación para las cenas familiares

Vas a tener que explicar a tu familia de donde han salido estos nuevos miembros. Va a ser incómodo, pero probablemente no mucho más de lo que ya es habitual en esta clase de reuniones. Al menos tus padres ya no van a estar preocupados de que no les vayas a dar nietos, solo por las extrañas malformaciones de estos. Es todo normal. Pídeles educadamente que ignoren los cánticos al caer el sol.

¡Y eso es todo! Fácil y sencillo. Si os ha parecido útil y queréis ver más tutoriales como estos, no dudéis en dejarnos hatemail en la sección de comentarios o por medio de nuestras cuentas de correo y Twitter. ¡Y mandad fotos de vuestros adorables retoños!

PD: os queremos, mamás.

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