14 mar 2015

Estudio demuestra que las abejas son en realidad personas muy pequeñas

Un controvertido estudio de la Universidad Autónoma de Villarriba concluye que lo que conocemos como abejas melíferas no son insectos, sino que en realidad son seres humanos muy pequeños y feos.

"Al principio todos nos dejamos llevar por eso de que parecen bichos, pueden volar, tienen larvas y todo eso, pero si dejas a un lado las banalidades te das cuenta de que es imposible que las abejas pertenezcan a una especie distinta" afirma Guillermo Ansélmez, catedrático del departamento de mirar bichos.

Según el estudio, el aspecto actual de las abejas probablemente sea producto del aislamiento. Mediante análisis genéticonigrománticos, los investigadores determinaron que todas las abejas tienen su origen en un remota región de los Pirineos. Se especula, pues, que los rasgos característicos de las abejas se debe al aislamiento por la nieve (debido a un alud) de una pequeña población de gente bajita y fea que, siendo incapaces de aparearse con gente menos fea y baja, acabó incrementando estos dos rasgos con el paso del tiempo.

"Al principio te parece un poco descabellado, pero luego te das cuenta de que en el fondo son como nosotros. Los zánganos son canis, no tienen oficio ni beneficio y se tiran a todo lo que ven. Las reinas son chonis, no piensan más que en que les arrimen la cebolleta y después tienen más hijos de los que pueden atender por ellas mismas. Y las obreras son la sociedad que permite que todo esto exista" afirmó Juan Joaquínez, catedrático del departamento de hacer comparaciones.

Si bien el estudio respalda sus hipótesis con una gran cantidad de sólidas pruebas obtenidas a base de mirar colmenares muy fuerte durante mucho tiempo, no han tardado en salir detractores. "A mí no me acaba de convencer. Si son personas, ¿por qué no pagan impuestos?" replicaba Guillermo Guillermínez, un tipo que fingía ser profesor en la Universidad de la Ciudad de la Niebla.

Otros argumentos en contra de esta hipótesis suelen señalar la falta de pruebas acerca del origen de las alas o los aguijones mediante endogamia, contrastándolo con estudios en pedigrís de paletos con una alta cantidad de entrecruzamientos entre primos, tíos y sobrinos y a veces con "perros muu entindidus, que soro res farlta habrál".

Si bien se ha notado que es cierto que un alto número de apareamientos dentro de una misma familia aumenta considerablemente la fealdad, no se ha percibido en ningún caso la presencia de alas y de aguijones; si bien en este último aspecto cabe destacar que al primo Richard se le quedó atascada la escopeta de la familia en el ano tras intentar limpiárselo con ella después de defecar al no encontrar papel higiénico, lo cual podría funcionar a efectos prácticos como el aguijón de las abejas.

Para terminar, contamos con la opinión de nuestra jefa del departamento de información, M.K. "Menuda chorrada, ¿cómo van a ser las abejas humanas? Las abejas polinizan gratis, ninguna persona haría tal cosa. A no ser que estén haciendo esto para que pensemos que son altruistas, nos confiemos y así aprovechen para robarnos cosas sin que nos demos cuenta. Eso es lo que hago yo cuando me... Oye, ¿podríais borrar esta última parte?".

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