13 dic 2018

Este dadiván no regales gatitos trampa ni perritos bomba


Sí, todos estamos de acuerdo en que los animalitos llenos de pólvora, pinchos y muerte son una idea excelente que debería estar más extendida, pero podería no ser tan buena idea regalarlos por las fiestas. ¡He aquí el por qué!

Cuidar de estas criaturitas es un compromiso a largo plazo. Es decir, no van a vivir más de unos meses porque reemplazan casi todos sus órganos por cargas explosivas, pero aun así la persona a la que se lo regales se tendrá que hacer cargo del animalito el tiempo que dure, y este tipo de responsabilidad no es una que a mucha gente le guste adquirir por sorpresa.

Por otra parte, a lo mejor esa persona no se siente cómoda ante la perspectiva de tener un arma mortífera en casa. Por monos que sean, pisarlos por accidente puede significar una muerte brutal y repentina. Es decir, es más o menos igual que con perros y gatos normales (un montón de accidentes domésticos ocurren al tropezar con mascotas), solo que al menos diez veces peor. Y esto no es algo malo en sí, es decir, para eso se inventaron en un primer momento, pero a lo mejor esa persona no está cómoda con el peligro repentino a su vida y a sus seres queridos.

Y hablando de seres queridos, el caso de los niños es especialmente delicado: regalárselos por dadiván no solo les inculca la idea de que los perritos bomba y los gatitos trampa son juguetes de los que nos podemos deshacer en cuanto nos aburramos, también lo hacen todo incluso más peligroso: quiero decir, una vez les encuentren la mecha, no van a dejar de tirar de ella hasta que ocurra lo inevitable.

Pero a lo mejor la persona a la que se lo regalamos en realidad lo agradece porque tiene enemigos o familia política con la que lidiar, ¿no? Aun así, esta clase de armas biológicas requieren tiempo, cuidados y una alimentación específica de los que el receptor del regalo puede no ser capaz de hacerse cargo el tiempo que le lleve preparar su brutal y mono homicidio. A veces es mejor consultarlos directamente con ellos para hacerles llegar las armas letales en el momento que sea más adecuado.

De modo que estas dadivanes, en vez de regalarle un perrito bomba o un gatito trampa o incluso un conejo-cepo a alguien, considera si no sería un mejor uso encender su mecha, darle un último beso y arrojarlo contra la casa de alguien a quien quieras arruinar la vida de verdad.

Si vosotros también sois amantes de los animalitos letales (o animaletales, como nos gusta llamarnos) no dudéis en contarnos cuál es vuestro favorito en los comentarios de esta entrada o nuestras cuentas de correo, Twitter y G+ (mientras dure). ¡Que paséis una feliz dadiván y hasta la próxima!

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