Te vendrán a visitar unos viejos amigos que no veías desde antes del Choronavirus[sic]. Una cosa llevará a la otra, y acabaréis peleando todos contra un demonio menor que escupe fuego y esas cosas; vamos, una de esas situaciones que agradarían a Glooscap, el dios guerrero abenaki que lucha contra el mal. Aaah, es agradable volver a a hacer cosas cerca de casa. Nostálgico incluso.
Tu recientemente desarrollado sexto sentido místico (que a efectos prácticos se manifiesta como una especie de olor picante, como el ozono después de una llovizna), fruto de tus meses viviendo como un ermitaño, te dirá que tu vida está a punto de volverse bastante más complicada. No necesariamente mortalmente peligrosa, pero sí, ciertamente menos pacífica. El camino a la cima es duro, y desde luego, si hay alguien que no se esperaba llegar a la cima de... nada en especial, realmente; ese eras tú.
En tu esfuerzo de volver a la civilización, un día harás lo impensable y saldrás de casa. En pleno día, nada menos. Te arrepentirás instantáneamente, la luz del sol quemará tu piel y te dejará marca durante varios días. Wow, quizás ese asunto de salir afuera ha sido demasiado precipitado. Mejor ir paso a paso.
Tú y tu hermano gemelo iréis a ver a un amigo que tenéis en común; un tipo que tiene armas mágicas y cosas extrañas, todo un personaje. La cosa es que os encontraréis con un demonio (algo no demasiado raro en presencia de esa persona) y acabaréis luchando los tres contra él. El gemelo malo sentirá por un momento la necesidad de unirse al demonio y sembrar el caos, pero será incapaz de hacerlo en última instancia.
Parece que empieza a hacer calorcita. Qué bien.
Ahora que puedes volver a desplazarte sin mayores impedimentos, sentirás la pulsión de volver a realizar maldades y otras actividades despisdadas para darle sentido a tu vida. Sin embargo, pasarte dos años en un estado prácticamente catatónico ha pasado factura a cualquier imaginación que pudieses habido tener. Recordarás tu primera travesura cuando aún eras un niño: quemar hormigas usando una lupa para concentrar los rayos del sol, así que, sin nada mejor en mente, irás por ahí, tratando de quemar gente con una lupa. Raras veces conseguirás nada, solo conseguirás asustar a un par de personas que ni siquiera han sentido el calor del sol a través de la ventana durante meses. De hecho, te llevarás más de un puñetazo en la cara al tratar de meterte con gente que es claramente más fuerte que tú y con muy poca paciencia. Así... en general, no funcionará demasiado bien. Pero ánimo, por algo se empieza.
Decidirás invocar a uno de esos demonios de poca monta; simplemente para saber si sigues siendo capaz de usar magia negra. Por supuesto, los poderes de la oscuridad son exactamente como montar en bicicleta (de ahí el título del disco de Mönifätë), así que serás capaz de traerlo a nuestra dimensión sin demasiados problemas. Sin embargo, por algún motivo... hay algo que no te acaba de sentar bien, como si soltar una abominación sedienta de sangre no fuese algo que debieras estar haciendo. Acaso es esto... ¿empatía?
Alguien te interrumpirá al salir de casa para hacer las habituales labores de tu granja. Será un tipo con una lupa, que o bien está tratando de reconducir los rayos del sol para que te quemen la piel, o bien está tratando de ver tu cara con más aumentos por algún extraño motivo. Sea como fuere, te tocará particularmente los pendientes reales, así que le calzarás un buen sopapo sin pedir más explicaciones. Quizás, y solo quizás, haber limitado tus relaciones sociales casi exclusivamente al ganado bovino durante más de dos años te haya hecho más irritable y violento, y menos apto en general para vivir en sociedad. Lo mismo te convendría mirar eso.
Le ayudarás a un conocido de hace tiempo a montar un puesto de helados; pero, cual Bella Durmiente, te pincharás con una puntilla y contraerás tétanos. Otra vez. No importa las veces que te pongan la vacuna, es como si fueses inmune a la vacuna pero no a la enfermedad. Está claro que el día que repartieron las habilidades especiales te habías quedado dormido y tuviste que rebuscar entre la basura para encontrar la tuya.
Llevas notando desde hace unos meses un desequilibrio en el universo. Un grupo de gente que no es de tu signo ha estado empezando a adquirir poderes místicos que, aunque no rivalizan a los tuyos (y mucho menos ahora, que puedes vencer al mal sin ni siquiera pensarlo conscientemente), te desconcertarán bastante. Quizás deberías hacer algo para ponerlos a raya en el futuro próximo. No, por supuesto que no es envidia, un ser divino como tú no podría ser víctima de sentimientos tan rudimentarios como ese... ¿No?
Por fin se acerca el Verano[sic] y, con él, un montón de potenciales y suculentos beneficios en la forma de posibles puestos ambulante. Este año, para calentar un poco antes de tirarte directamente a la piscina, decidirás ir por lo básico y te construirás un puesto de helados. Uno de tus amigos cogerá el tétanos montándolo, pero al final no pasará nada; está acostumbrado a estas cosas, ya se lo compensarás después, cuando empieces a ganar dinero vendiendo cucuruchos.
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