Sea como sea, los niveles de liquidillo verde en suelo habitable se mantienen estables. Unos meses atrás se descubrió trazas de liquidillo verde en un charco mediano, pero después resultó ser que el aparato estaba dando un error de medición. Por otra parte, el liquidillo verde que despunta por la boca de algunos volcanes parece haberse resecado un poco con el tiempo y ya apenas avanza. Cosa que no sorprendió a nadie.
Sí resultó más sorprendente que un hombre intentó hacerse una casa con liquidillo verde porque le gustaba el color, pero simplemente no pudo conseguir bastante en su volcán local, así que se conformó con intentar hacer una casa para su perro, pero ni aun así había suficiente. Parecía incluso que mermaba o se retiraba muy despacio, como rechazando tener una forma mínimamente guay.
El culto al liquidillo verde del que os hablábamos el año pasado sigue bien, pero después de poner el futbolín para atraer parroquianos, su sumo sacerdote vio que ya que tenía el local, podía vender bebidas y se convirtió en un bar: Tasca Nuestra Señora del Liquidillo Verde.
A estas alturas os estaréis preguntando “eh, estas historias son muy interesantes y el liquidillo verde pone en ligero riesgo mi supervivencia a largo plazo, ¿por qué no ha salido nada en ningún sitio de noticias respetable que no sea Monifate?”. Y es una muy buena pregunta. La respuesta es que al menos dos importantes cadenas de noticias iban a hacer algo al respecto, pero les dio pereza.
Además, sospechamos que el gobierno de España encubrió todo el asunto accidentalmente mientras encubrían un caso de corrupción aleatorio en las Canarias relacionado con volcanes… Y muy probablemente la Policía Canaria esté envuelta… (*sonido de Expediente X. Tanatatitatatá…* Ahora es un buen momento para recordar lo de que somos un medio respetable).
Pero estaréis pensando “Monifate, eso no puede ser un accidente, el liquidillo verde se cubre a sí mismo tras ganar las elecciones el año pasado”. Bueno, desde luego el apocalipsis ganó en las primeras elecciones, pero ni en ellas ni en las segundas se hallaron más que unas pocas trazas de liquidillo verde en las papeletas y… tampoco pasó nada… Su partido no salió.
Se sospecha que también intentó afectar al Brexit, el referéndum de Colombia o las elecciones americanas, pero no tenemos testimonios directos, solo rumores susurrados en callejones oscuros. Pero en lugar de tomar la vía rápida y culpar de todo a los rusos (quiero decir, DE TODO), por ahora nos vamos a mantener en una postura intermedia y esperar que la formación del liquidillo gane peso con los años... Especialmente si los rusos lo siguen metiendo en los colegios electorales solapadamente.
Como es costumbre, nuestra mascota y soberano absoluto, Filippo, ni confirma ni desmiente estar involucrado. Y hemos intentado de todo, como preguntarle, o preguntarle muy fuerte. Nuestra otra mascota (El Padrino), parece que está tratando de sacarle rentabilidad a la situación para vender ilegalmente (¿es siquiera ilegal?) liquidillo verde con uso recreativo. O al menos esa era la intención. Teóricamente, la gracia era comprar un bote, abrirlo para ver qué pasaba y decepcionarte cuando no pasaba nada, pero parece que este modelo de negocio estaba destinado al fracaso por algún motivo.
Algunas personas lo utilizan para estabilizar su vida cuando creen que hay demasiada alegría en ella, pero ni siquiera eso parece ser demasiado efectivo. En algunos bares góticos han empezado a aparecer clubs de oler liquidillo verde. Es difícil de saber hasta qué punto lo que hacen sirve de algo, pero es innegablemente decadente de todos modos.
Y eso es todo por este año. El año que viene os informaremos de lo que va a pasar si no nos morimos antes (probablemente no a causa del liquidillo verde), pero si no podéis esperar, aseguraos de leer nuestra guía para la bida en el apocalipsis más aburrido de la historia. Y si no os gusta, no olvidéis dejarnos hatemail en los comentarios, nuestro correo, G+ o Twitter.
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