Retarás a un demonio a un duelo de guitarra española. Por supuesto, ganarás, probablemente librando a alguien de una maldición o recuperando tu alma o algo así. A estas alturas es difícil recordar todos los detalles.
Te darás cuenta de que tus progresos con el chelo han sido bastante lentos últimamente, así que considerarás tomar clases. Sin embargo, las clases serán demasiado caras para tu bolsillo, así que decidirás en su lugar tomar una de esas clases de guitarra tan baratas que están de moda. Seguro que ayudan, todo tiene cuerdas. Pero no, no ayudarán en absoluto.
Comprarás una de esas guitarras superbaratas e irás a clases de guitarra para aprender a tocar serenatas con las que hacer a todos los chicas/chicos caer a tus pies. Por supuesto, tocar algo tan malditamente genial como para elaborar a alguien lleva años de práctica, y tú solo quieres un romance de verano, así que te acabarás rindiendo y dejarás el curso. Y la guitarra acabará en algún rincón de tu casa, cogiendo polvo.
Si eres el gemelo bueno, tendrás un arrebato y decidirás aprender a tocar la guitarra. Comprarás una de esas guitarras españolas tan baratas que venden ahora. Si eres el gemelo malo, comprarás una de esas guitarras tan baratas para usarla como arma para acabar con tu hermano. Nadie se creería un asesinato con un arma tan estúpida, es un plan perfecto. Ambos acabaréis peleando con vuestras guitarras como si fuesen garrotes.
Oirás canciones de Manolo Escobar. Qué gracioso.
Con todo el asunto del surplus de guitarras, tendrás la idea de usarlas para atraer a la gente a su muerte, como el flautista de Hamelín. Al final acabarás dándote cuenta de que es una estúpida y no la llevarás a cabo.
Debido a un error en tu máquina de reduplicación, empezarás a producir la hostia de guitarras. Una cantidad exagerada, guitarras y guitarras para dar y tomar. Empezarás a venderlas baratas para deshacerte de ellas. Como no te han costado nada, es todo beneficio. Esto sí que es vida.
Descubrirás que tus vacas dan mejor leche si les pones música, así que comprarás una guitarra de estas que venden tan baratas. Por desgracia descubrirás que tocar la guitarra es mucho más complicado que ordeñar vacas, así que lo acabarás dejando. Más leña para el invierno.
Te interesarás por esas guitarras tan baratas que venden, así que comprarás una. Sin embargo, te pincharás con una astilla, se te infectará, y tendrás que ir al hospital. ¿Qué te esperabas?
Escribirás una de las mejores canciones del mundo, pero decidirás no hacerla pública. Total pa' qué.
Como todo el mundo parece tener guitarras españolas de repente, decidirás aprovechar el tirón y dar clases de guitarra baratas. Nada especial, solo lo básico para mantenerlos contentos. La idea funcionará bastante bien, y conseguirás un surplus nada desdeñable. No todo te tiene que salir mal todos los meses.
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