Los antiguos egipcios no tenían una vida fácil, pues de todos es sabido que en Egipto es donde está la acción. Debido a esto, su vida estaba llena de violencia innecesariamente exagerada y armamento absurdamente pesado. Y, dado que el Nilo constituía la columna vertebral de su civilización, no es de extrañar que este fuera foco de los más demoledores ejemplos de acción excesiva del mundo antiguo.
Para hacerles frente se veían obligados a construir poderosos mechanavíos de guerra, a menudo capaces de transformarse. Armados hasta los dientes, con fuertes armaduras y listos para albergar a decenas de hombres, a menudo eran tan poderosos que podían surcar el espacio como barcos solares.
Y no es para menos, pues el acoso era constante. Las tropas del caos de $et a menudo recorrían las orillas, tratando de meter a los incautos en cajas que arrojar al río o destruyendo cultivos para devolver la tierra fertil al desierto, de modo que su señor pudiera construir más casinos.
El Nilo, además, al ser un río enorme también alberga toda clase de criaturas enormes como las visitas ocasionales de la terrible serpiente Roboapofis o de Anuzilla, el dios-kaiju motorizado del turboinfierno. Claro que también podían ser seres más "pequeños" como dioses fugados de la Isla de los Monstruos río arriba: no solían durar mucho por no poder resistir las enfermedades del exterior de la isla, pero causaban estragos a su paso contra todo aquello que no estuviera armado con misiles.
Además, el río tenía una sospechosa tendencia a convertirse completamente en sangre, fuego o una cobra gigante sin previo aviso debido a alguna plaga bíblica de las que abundaban por aquel entonces. Esa m*erda era muy normal en tiempos de la historia, por eso era muy necesario que los barcos pudieran navegar en todos esos elementos distintos. Y, a juzgar por los papiros de la época, no era fácil hacer barcos que pudieran surcar serpientes.
A todo eso había que sumarle, por supuesto, la fauna común del lugar como hipopótamos en llamas, toda clase de cocodrilos de guerra o dioses cocodrilo sedientos de sangre, entre otros.
Por no hablar de las constantes guerras civiles que hacían que se debieran enfrentar a mechanavíos de otros bandos o regiones, ataques aéreos nubios o acequias malditas que funcionaban como minas acuáticas de la antigüedad.
Los pocos barcos que han llegado hasta nuestros días están pobremente conservados y parecen ser naves normales sin ningún tipo de añadido especial, debido a que estos eran retirados para que no fueran usados por los enemigos. Conocemos sus verdaderas capacidades gracias a las descripciones detalladas de los papirocómics de la antigüedad.
Y esto es todo por hoy. Si os interesa el tema y queréis saber más, no dejéis de mandarnos hatemail a los comentarios de esta entrada o nuestras cuentas de correo electrónioc o Twitter. Vuestro odio nos hace más fuertes.
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