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- Haz un pastel. Si está esponjoso, es que dominas las artes oscuras de la levadura, lo cual te convierte en una bruja.
- Pésate sosteniendo una Biblia y luego sin ella: si los pesos no coinciden, es que eres una bruja.
- ¿Alguna vez has visto un partido de balonmano? De ser así, está claro que eres una bruja.
- Repite la misma palabra muchas veces hasta que se te haga la lengua un lío y no puedas decirla más: si te pasa, eres una bruja.
- Cuenta el número de veces al día que te tocas el pelo por cualquier motivo: si no es exactamente dos, eres una bruja.
- Pide ayuda a un familiar para que te pregunte si eres una bruja. Si respondes que sí, eres una bruja.
- Si alguna vez has olvidado algo al cruzar a otra habitación y al tratar de recordarlo no has podido, es que eres una bruja.
- Prueba a lanzar un hechizo sobre un familiar como convertirlo en rana o hacer que sueñe con toallas. Si funciona, eres una bruja.
- Si tienes berrugas o lunares y eres capaz de tocártelos con los ojos abiertos, eres una bruja.
- Mírate la cabeza: si llevas un sombrero picudo, eres una bruja.
- Pon los pies en agua: si consigues salir indemne, es que eres una bruja.
- Si eres capaz de guiñar con un ojo mientras te tocas la nariz, es bastante probable que seas definitivamente una bruja.
- Si hablas con un animal y no te responde, es porque es un familiar tratando de disimular, por lo que eres una bruja.
- Si eres capaz de leer, es sin duda gracias al demonio, por lo que eres una bruja.
- Comprueba si tu mascota tiene más de dos pezones: si es así, eres una bruja.
Y eso es todo, esperamos que esta entrada os ayude a reencontraros con vuestra verdadera identidad. Si tenéis más métodos, no dejéis de sugerírnoslos en los comentarios o en nuestras cuentas de correo, twitter y youtube. ¡Hasta la próxima!
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