Publicarás un libro de recetas para aventureros en el que emplearás tu inmensa experiencia para mostrar al gran público cómo cocinar criaturas sobrenaturales, hacer platos para alienígenas y alguna que otra receta que mejore las habilidades físicas y mentales de los que la coman. Será un éxito, pero algunos se quejarán de fallos de imprenta bastante peligrosos. Tratarás de contactar con tu editor para que te explique qué ha pasado, pero no serás capaz de hacerlo. Seguro que no es nada importante.
Comprarás uno de esos libros de cocina mágicos de los que habla todo el mundo, y empezarás a hacer el queso definitivo. Al parecer tiene no sé qué propiedades milagrosas o algo, pero no te importará demasiado, simplemente querrás algo para entretenerte. Comprarás la mejor leche, el mejor cuajo, y varias cosas de un extraño bazar oriental que no estás seguro de que sean completamente comestibles. Le buscarás un sitio en tu casa y lo dejarás fermentar, porque aparentemente tarda un año en hacerse. Bueno, las cosas buenas requieren tiempo.
Comprarás un libro de cocina, y lo primero que se te ocurrirá hacer será buscar platos que se suelen preparar las parejas pastelosas. Solo que tú no se lo harás a tu pareja para que sus compañeros de trabajo se mueran de envidia cuando los coma entre horas. Te los prepararás para ti mismo. Serán las galletas de chocolate más amargas de la historia.
Si eres el gemelo malo, utilizarás tu nuevo libro de cocina para aventureros para preparar un plato venenoso para acabar con tu hermano. Sin embargo, debido a un error de impresión, prepararás un plato que es completamente inocuo. No tendrás tanta suerte cuando tu hermano cocine para ti, pues un error de impresión en su libro hará que lo que aparentemente pretendía ser un delicioso guiso sea en realidad un plato que nunca ha sido pensado para pasar por paladares humanos. Será horrible, pero por suerte no será venenoso. Si eres el hermano bueno, cocinarás un plato especial para tu hermano. Le gustará tanto que vomitará de gusto.
Te olvidarás de comprar leche un día. No pasa nada, tampoco bebes tanta leche.
Armado con tu nuevo libro de cocina para aventureros, empezarás a trabajar como cocinero en un restaurante de comida rápida para envenenar la comida de tus clientes con ingredientes de uso habitual (el libro tendrá páginas y páginas dedicadas a esto). Sin embargo, nada ocurrirá. Nadie se quedará sin respiración, nadie sufrirá convulsiones, nada de nada. Volverás a mirar la receta y te darás cuenta de que lo que estabas usando como veneno era nuez moscada con canela. Probablemente haya sido un error de impresión. Deberías haberlo imaginado. Y probablemente lo hubieras hecho si supieras lo que es la nuez moscada.
Te enterarás de que, por algún motivo, hay una impresionante demanda de publicación de libros de cocina mágicos para aventureros o algo así. No te importará demasiado el contenido, pero crearás apresuradamente una editorial para hacer negocio de esa extraña tendencia. La gente a la que emplearás para publicar los libros apenas tendrán idea de cómo manejar un ordenador y es muy posible que algunos ejemplares tengan errores de impresión, pero no te importará demasiado. Lo que verdaderamente importa es la pasta que sumarás a tu montón de billetes.
Utilizarás tu nuevo libro de recetas mágicas para hacer una suculenta ensalada de hierba fresca que servirás a tus vacas. Al principio te costará creer eso que dice el libro sobre que comer ese plato hace que el comensal esté más sano de lo que nunca ha estado, pero serás capaz de ver un cambio considerable en la salud de tus vacas. Además, producirán leche en cantidades exageradas, y será de la mejor calidad en mucho tiempo. Todo te irá bastante bien este mes, en general.
Por curiosidad, comprarás un libro de recetas para aventureros de estos que parecen abundar tanto últimamente. Harás un plato que te tendrá buena pinta: el guiso del desierto. Lo probarás y la verdad es que estará delicioso, pero acabarás perdiendo la sensibilidad en todo tu cuerpo y poco a poco sentirás que tus músculos se agarrotan. Debiste haberte dado cuenta de que eso de echarle veneno de serpiente no podía ser del todo sano. Por suerte tienes el número de urgencias en marcación automática y sabrán qué hacer contigo.
Te enterarás de que hay por ahí libros de cocina con peligrosos errores de impresión, así que emplearás tus arcanas magias editoriles para corregirlos todos sin esfuerzo. No servirá para mucho, porque tus poderes de precognición te desvelarán que nadie volverá a usar nunca los libros que contenían esos errores, pero te sientes bien ayudando a la gente porque sí, así que lo harás igual.
Utilizando un libro de cocina que comprarás a principios de mes, crearás un puesto de comida exótica. Empezará muy bien, tendrás muchos clientes atraídos por tus sabrosos y misteriosos platos. Sin embargo, la codicia podrá contigo, y poco a poco acabarás buscando formas de recortar costes hasta que acabarás dejando de usar el ingrediente que le daba a todos tus platos su sabor especial: sangre de virgen. Poco a poco el negocio irá decayendo y al final te verás obligado a cerrar.
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