Verás que habrá varios problemas por monstruos capaces de invocar ventiscas y lo solucionarás todo con una antigua técnica pasada a través de los evos en tu familia: sopita caliente y mucho descanso. Los monstruos desaparecerán en el éter, incapaces de congelar a nadie debido a tus artes curativas.
Tendrás un catarro horrible, de estos que te hacen producir inmensas cantidades de mucosidad. Apenas serás capaz de respirar y tragarás con mucha dificultad. Un día, sin embargo, te encontrarás con una especie de espectro vestido con un kimono que invocará una ventisca dentro de tu salón. De algún modo, el aire fresco te descongestionará las fosas nasales, haciendo más llevadero lo que te queda de resfriado. Le darás las gracias efusivamente al espíritu, que se marchará de tu casa confusa y perpleja.
Un día, al llegar a casa, verás en tu salón a una hermosa mujer que viste un kimono blanco, con unos rasgos que de algún modo te dan la impresión de que no puede ser humana. Aún así (y te sientas o no atraído por las mujeres habitualmente), tratarás de cortejarla. Pero todo irá mal. De repente empezará a hacer mucho frío, perderás el conocimiento y te despertarás varios días después con un regusto a sopa de pollo en la lengua. Si al menos hubieses podido pedirle su número de teléfono...
Si eres el gemelo malo, tratarás de capturar a una yuki-onna de esas que andan por ahí congelando cosas para meterla en casa y que acabe de una vez con todas con tu hermano. Por desgracia, no encontrarás ninguna porque al parecer alguien se ha dedicado a ahuyentarlas a todas con sopa o algo así. Menudo marrón. Si eres el gemelo bueno, aprenderás a hacer sopa con apio. Qué emocionante.
Te darás cuenta de que has engordado en Dadiván. Tratarás de ponerte a dieta, pero no harás más que empeorar el problema. Quizás deberías quitarte de la cabeza la idea de que puedes comer más sin problemas porque hace frío, pero no lo vas a hacer de todos modos.
Te enterarás que hay gente a la que le han empezado a aparecer en casa criaturas mitológicas que congelan a sus víctimas, lo que te llevará automáticamente a pensar en una forma de capturar estos seres y usar su poder para hacer maldades. Como Mr. Freeze. Tratarás de atraerlos con cosas frías: encenderás el aire acondicionado en tu apartamento, comprarás helados y los dejarás bien a la vista... Serás capaz de conseguir tu propósito, pues varios de estos seres aparecerán espontáneamente en tu casa. Casi te matarán, porque en ningún momento pensaste un plan para sobrevivir a su ventisca y capturarlos. Por suerte, solo perderás el conocimiento un par de días, y despertarás oliendo como a sopa de pollo o algo así. Te preguntarás qué ha pasado, pero el aire frío proviniente del aire acondicionado interrumpirá tus pensamientos. Lo apagarás inmediatamente, ya has tenido bastante con el frío este mes. Ya verás después la factura de la luz.
Invocarás sin querer a varias docenas de yuki-onnas. Ya sabes, ese monstruo japonés con apariencia de mujer vestida con un kimono blanco que atrae a sus víctimas y los mata conjurando letales ventiscas. Te saldrá así, de repente, sin haberlo intentado. Así que... ¿feliz cumpleaños?
Un día mientras trabajas en el campo se te aparecerá una yuki-onna, un monstruo nipón con apariencia femenina que invoca ventiscas tratando de congelar a sus víctimas. Tratará de helarte, pero pronto descubrirá que eso no es posible. La vida del campo te ha dado una resistencia sobrenatural al frío, así que es imposible matarte de hipotermia. La yuki-onna se irá, cabizbaja. Tú seguirás a lo tuyo y no le darás demasiada importancia al incidente.
Como es costumbre a estas alturas del año, enfermarás. Pero muy fuerte. Catarro, gripe, bronquitis, neumonía, lo cogerás todo a la vez y no serás capaz de soltarlo. Un día empezarás a sentir frío. Es decir, más frío que de costumbre. Levantarás un poco la mirada y verás a una mujer vestida con un kimono blanco. La verás un poco confusa, como si estuviese preocupada. Perderás el conocimiento. Cuando te despiertes, la verás sentada al lado de tu cama, poniéndote apósitos y mirándote la fiebre. Perderás la consciencia varias veces más, y al final del mes despertarás y verás en tu cama una tarjeta de esas que venden en los hospitales escrita en japonés. Será un mes un tanto peculiar. Pero no mucho.
Sentirás la necesidad de invertir todo tu dinero en una empresa de sopa caliente. Lo harás. Ganarás miles de millones. Nada nuevo.
Un día aparecerá una mujer en tu casa, rodeada de un aura extraña y haciendo nevar en interiores. Con ayuda de tu fiel trabuco, serás capaz de acorralarla y cerrarla en el baño. Consultarás la aparición con los ancianos de tu clan, que rápidamente la reconocerán como un espíritu maligno al que llamarán "la Bicha del Hielo". Te dirán que es una criatura extraña que se aprovecha de los hombres libidinosos. Nunca llegarás a oír la segunda parte de esa frase, ni el resto de la explicación a tal efecto. Al oír "criatura extraña", lo primero en que pensarás será en enjaularla para mostrarla al público en lucrativos espectáculos. Y quizás usarla como aire acondicionado en verano. Desgraciadamente, cuando vuelvas a abrir la puerta de tu baño, preparado para atraparla, la Bicha del Hielo ya se habrá ido, dejándote el retrete completamente congelado. Te arrepentirás de haberla dejado tan poco vigilada, y anotarás mentalmente que lo mejor será acorralarla en el congelador la próxima vez que se te aparezca.
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