29 mar 2018

Comentario crítico de la tercera temporada de Christine Charity

(Fuente)
Como bien recordaréis de las dos temporadas anteriores (y es difícil olvidarse, ya que la serie nos lo recuerda una y otra vez), Christine Charity es esa serie sobre la segunda (o tercera si estás viendo la versión de Utah) venida de Jesucristo; esta vez en la forma de Christine Charity, modelo de bikinis en Miami durante el día y cazadora de vampiros durante la noche.

A pesar de que, como decimos, la serie narra la premisa con mucho (quizás demasiado) detalle en el opening de todos los episodios de todas las temporadas, en esta tercera temporada se han cambiado varias cosas en la fórmula básica para las cuales no se ha dado ninguna clase de explicación (al menos por ahora).

Por ejemplo, en el episodio 5 se revela que la agencia de cazavampiros había estado siendo regentada durante todo este tiempo por Holy Grace, la segunda venida de la Vírgen María en forma de una niña de unos 14 años. Peor es cuando decide unilateralmente en el capítulo 16 que tiene abrir un maid café para no levantar sospechas entre los vampiros zombis del Neoimperio Romano. Todo esto, muy evidentemente, es una forma increíblemente burda de justificar el fanservice, pero hay que reconocer que el uniforme de sirvienta de Christine está muy bien trabajado y es históricamente fiel.

Aun con todo, se mantienen los tópicos habituales, en los que Christine tiene que derrotar semanalmente vampiros cada vez más extraños enviados para recuperar el Sangreal oculto en Miami. En esta temporada, una vez derrotados los vampiros piratas vudú, ha entrado en juego la Cábala Calamidad, formada por vampiros afincados en una estación espacial desde la que someten secretamente la tierra. Han sabido sacarles mucho jugo, especialmente en el espectacular final con el ataque sobre la Tierra desde su crucero de asalto.

Además de eso, por supuesto, seguimos profundizando en la historia de Charity, por ejemplo, los flashbacks que desarrollan su relación en el pasado por Drácula, quien no tiene tanto metraje en esta temporada como merecería. Probablemente está demasiado centrado en su academia de surf, como vimos en el episodio 8.

El desarrollo de personajes secundarios ha tenido menor éxito, por ejemplo, el reencuentro de Keyl, el sidekick de Christine, con su padre hombre lobo resultó algo forzado. Pero a pesar de esas inconsistencias, nos alegramos del retorno de Legovar. Ese personaje era el alma de la serie y es una pena que no pudiera estar apenas durante la segunda temporada dados otros compromisos del actor que lo interpreta. Te adoramos, Legovar.

Es una pena, sin embargo, que Legovar apenas haya visto nada de acción esta temporada, quedando realmente como poco más que un colega del grupo y, posteriormente, un empleado del maid café. Por otra parte, Holy empieza con mucha fuerza. Hasta el episodio 9 parece que su trabajo es mantenerse en las sombras y mover hilos, pero en el episodio 10 logra invocar la Minigun de Longinus (en uno de los momentos más emocionales de la temporada y quizás de toda la serie) y la utiliza para escribir con balas las iniciales “VM” (Vírgen María) en el torso de un vampiro. Glorioso.

Christine, por supuesto, no se queda atrás. Como todos esperábamos, esta temporada se le han dado mucho juego a las técnicas que le enseñó el Artesano de la Pistola al final de la segunda temporada. De hecho, y para sorpresa de todos, el Corkscrew Piercing Holy Ultimate Shot fue capaz de perforar el duro escudo de un legionario del Imperio Neorromano. Eso sí, sus ataques siguen sin tener efecto contra los centuriones y las gárgolas, pero desde luego se ven los avances del personaje.

Siguiendo con Christine, la verdad es que se echan bastante de menos los momentos de comic relief que tenían lugar entre ella y su fotógrafo en la agencia de modelos. Vale que tenemos todo el asunto del maid café, pero la mecánica entre Christine y Holy es mucho más seca. Es lógico; porque es su madre, su jefa y una niñata adolescente; pero aun así da la sensación de que las cosas son innecesariamente tensas en las partes que se supone que tendrían que ser cómicas.

En definitiva, ha sido una temporada desigual en muchos aspectos. Aunque no decepcionará a los amantes de la serie, la nueva deriva que está tomando nos hace mirar con escepticismo al futuro. Si bien ha tenido momentos de gran brillantez y grandes escenas de acción que han merecido la pena, especialmente la del combate contra el ogro-vampiro del espacio exterior. En resumen, un 8/10, ¡esperemos que la siguiente sea aun mejor y que tengamos Christine Charity para muchos años!

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